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Efectivamente la presencia del agente Choi eran buenas noticias. Al parecer les había encontrado tras estar buscando de hospital en hospital como última opción y nada había aliviado más a Yoongi y Hoseok que escuchar que la situación en la ciudad estaba más tranquila y que, en cuanto le dieran el alta a Chinmae, les tendrían preparada una casa segura en otra ciudad. Peor fue tener que explicarle al agente todo lo que había sucedido. Incluida la parte de Jimin, quien se había ido con su hijo menor antes de la llegada del agente dejando una nota confesando su verdadera identidad y que había secuestrado a mano armada a Chinmae, Hoseok y Yoongi. Los tres sabían que aquello no era exactamente la verdad, pero por mucho que quisieran quitar peso legal a Jimin en todo aquello este se había asegurado de incriminarse lo suficiente como para que palabras testigas sirvieran de poco. Hoseok, más bien, debía admitir que lo suyo sí había parecido más secuestro que rescate; no podía comentar el caso de Yoongi al no estar presente; pero aún así le apenaba darse cuenta del esfuerzo que estaba haciendo Jimin por incriminarse a si mismo para protegerles. Toda aquella historia logró que por primera vez el agente Choi les mirase completa y absurdamente incrédulo; sosteniendo la confesión escrita de Jimin, firmada y llena de huellas dactilares a propósito, en una bolsa de pruebas; mientras le explicaban que todo lo contado era verdad.

En los días siguientes fue todo extrañamente tranquilo. Por lo poco que se iban enterando en las noticias y a través de Ahn y el agente Choi la situación estaba más tranquila. Aunque seguían en estado de alarma y se había establecido un toque de queda que no les afectaba porque no salían ni de la habitación, y habían habido detenciones masivas, los disturbios estaban siendo mínimos, menos de uno gordo por día dependiendo de la ciudad y los locales más indispensables habían podido abrir al fin.

Y así pasó un mes y medio. Mes y medio en el que Yoongi no salió ni una sola vez de la habitación. Hoseok solo dos. Quien hacía cualquier intercambio entre el interior de la habitación y el exterior era Ahn. Ni siquiera el agente Choi. Por suerte, para que pudieran entretenerse, Ahn había logrado subirles diferentes juegos, un surtido infinito de papel y colores, cómics y películas. Aquello había logrado animar y todo un poco a Chinmae. Y aunque mejoraba físicamente "como todo un campeón", como decía Ahn, era obvio que psicológicamente toda la situación, sin poder salir de la habitación salvo para cheques específicos, le estaba pasando factura. Algo que parecía ayudarle, por lo menos, era escribir cartas para Iseul a modo de diario y así enseñárselas cuando pudieran volver a verla. Para cuando ya quedaba poco para que les dieran el alta, intentando llevar una vida lo más normal posible que seguramente reventara en cuanto salieran de allí, ya tenían una caja entera llena de cartas. Al menos eso mantenía cierta cordura en los tres.

De lo que sabían del exterior era poco, positivo en cierta forma, pero agobiante de otra. Todo había vuelto a la normalidad. Y no a la normalidad en la que hayan detenido a los grupos criminales, sino una en la que estos seguían operando en las sombras. Muchos habían muerto, la policía había detenido a muchos y en general estaba siendo un desmantelamiento brutal. Tanto Las Estatuas de Oro como la Marítima habían sufrido graves daños tanto en "personal" como en economía y poder. Especialmente la segunda, de quien habían logrado encarcelar a varios cabecillas y a quienes la sociedad había perdido mucha confianza, a diferencia de las Estatuas, quien, aunque también dañados en imagen, habían sabido aprovechar mejor el "marketing" de la situación y como siempre, venderse como los salvadores. Pero pese a los daños eso no significaba que ya no operasen. Más bien al contrario, y más a escondidas, pero seguían. Ambas. Y con poder. Ocultas, pero presentes; curándose las heridas, pero vivas. Aún así, tras mes y medio, con aún dificultades económicas graves entre la gente de a pie por la destrucción y en duelo por los fallecidos, no había quedado otra que volver a la normalidad. Lo que más preocupaba, sin embargo, a Yoongi y Hoseok, era que nada se sabía de Kyungmin. No le habían atrapado. Y tampoco a Jimin.

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⏰ Última actualización: Jul 25 ⏰

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