Flores Para Todos Los Niños - {{ Sope - Omegaverse }}

4

Ya era martes, y Yoongi, ya vestido con una chaqueta y una camiseta, elegante pero informal, terminaba de colocar las plantas tras un día de trabajo algo cansado pues habían venido más clientes de lo usual. Pero eso era bueno, indicaba que el negocio iba bien.

Pudo escuchar como alguien abría la puerta del hall de entrada justo cuando terminaba de ordenar todo. Justo a tiempo, pensó tranquilo.

- Yoongi, ¿estás?

Reconoció enseguida la voz de Namjoon entrando en la tienda, por lo que salió rápidamente, quitándose algo de tierra que se le había caído encima.

- Si, si, estoy aquí - respondió dejando un tiesto a un lado para finalmente aparecerse frente a Namjoon, que le observaba divertido desde el centro de la tienda, ahogando la risa, cargando una bolsa a su espalda donde solía llevar juguetes por si a Chinmae le daba por jugar - ¿Que ocurre?

- Nada, nada. Es solo que dudo que la cita a ciegas quede bien si vas lleno de tierra.

Yoongi alzó una ceja, confundido ante lo dicho, y bajó la mirada su ropa. Había algo de tierra, pero no mucha, apenas unas manchas que se quitó con una pequeña sacudida. No era para tanto. Sin embargo apenas pudo abrir la boca Namjoon se le adelantó y le hizo alzar el rostro, comenzando a quitarle algunos trozos de tierra que se le habían quedado en el pelo, y de los cuales no se había dado cuenta, además de una mancha en el cuello.

- Ahora ya estás más presentable~

Yoongi sonrió un poco, agradecido. Se perdía tanto en sus pensamientos que a veces ni cuenta se daba de esas cosas. Así que agradecía tener a su amigo para ello, aún si este a veces podía ser peor.

- Gracias... Aunque aún así dudo que vaya a llegar a nada. Esta será la ultima oportunidad que le dé a esas citas.

- Quien sabe, a la última va la vencida~

- Es a la tercera, Namjoon, y esa la pase hace ya un tiempo.

- Tienes que ser más optimista. Tal vez esta realmente sea la buena, y esa misteriosa mujer Omega sea de tu agrado.

- Ya no es que me gusten, es sobre todo que yo les guste.

- Oh por favor, ¿a quien no le gustaría alguien como tú? - preguntó Namjoon con una leve risa, pellizandole ambas mejillas con la clara intención de molestar, consiguiéndolo ya que Yoongi se removió un poco - El mundo debería estar enamorado de un gatito gruñón como tú. Seguro que tienes a gente detrás tuyo y ni te enteras.

- Dime una sola persona que conozcas a la que le interese yo en ese plan.

- Pues... Tengo entendido que al profesor de tercer curso le traes loco~

- Estarás de broma, ¿no? Namjoon, ese hombre tiene casi cincuenta años.

Namjoon se encogió de hombros, guiñándole teatralmente un ojo. Yoongi, sacando sus llaves del bolsillo, no pudo sino soltar una leve risa, negando casi sin darse cuenta.

- Chinmae ya está dormido, hoy a venido agotado de la escuela. Yo... Intentaré volver antes de las doce.

- Tarda lo que necesites. Lo importante es que lleves protección~

- Namjoon, por el amor de Dios. 

- Es broma, es broma. Anda, sobre todo... - volvió a tomarle del rostro, esta vez con más cuidado, para colocarle un poco algunos mechones rebeldes aún si no es que fuera muy peinado - Ve con cuidado. Y si necesitas cualquier cosa, llámame.

Yoongi asintió agradecido. Realmente sentía que podía confiar en su amigo. Tras despedirse con un fuerte abrazo finalmente cerró del todo la tienda y se fue, dejando a Namjoon al cargo de la casa. Mientras conducía no pudo sino suspirar, preguntándose mil cosas, tales como si era buena idea o no seguir con aquellas citas. Pero finalmente se decidió. Nunca había estado muy convencido al respecto, solo había continuado por intentarlo sin esperar mucho. Así que si, esa sería su última cita. Funcionase o no, no habría más.