SALEM.
Mis nervios están a flor de piel cuando el Mercedes de Caleb cruza la entrada. He tenido toda una semana para preparar este momento, incluso hice un viaje de vuelta a Boston para explicarle en persona a
Seda que por fin iba a conocer a su padre.—¿Y a mi hermano también? —me había preguntado, y le prometí llevarla a su tumba para que pudiera saludarlo.
—Me sudan las manos —le susurro a mamá que está a mi lado en el porche.
—Estaría igual.
—¡Mamá! —Seda baja la ventanilla y saluda.
Sonrío a pesar de los nervios. Esa niña es capaz de acallar cualquier pensamiento ridículo en mi cabeza. Anoche hablé con Lauren por FaceTime durante más de dos horas mientras intentaba calmarme con intermitentes ataques de risa. Le advertí que si no dejaba de reírse de mí, no sería su dama de honor en su boda dentro de unos meses. Sólo se rió más, ya que las dos sabíamos que era una amenaza vacía.
Seda se desabrocha el cinturón de seguridad y se lanza fuera del coche a mis brazos antes de que pueda alcanzarla.
—Ahí está mi niña. —La envuelvo en mis brazos, inhalando el aroma de su champú infantil.
—Papá dijo que aquí es donde creciste. Dijo que los dos solíais sentaros en el tejado.
—Lo hacíamos. —Le pellizco la nariz juguetonamente—. Pero no creas que voy a dejar que te sientes en él.
Se ríe, dando vueltas en círculo.
—¡Papá! Enséñame el tejado.
Caleb se acerca al lado del coche y se mete el teléfono en el bolsillo del pantalón. Me dedica una pequeña sonrisa y le revuelve el cabello a Seda.
—Quería escuchar todo sobre nosotros cuando éramos adolescentes durante todo el viaje —explica—. Está justo ahí, cariño. —Le señala el lugar en el techo y ella sonríe.
—Es genial. Me gustaría poder subir.
—¿Y darme un ataque al corazón? —contesto—. No lo creo.
Detrás de mí, en su silla del porche, mamá se ríe.
—Karma —dice lo suficientemente alto como para que la oiga.
Caleb levanta a Seda en brazos, con los ojos redondos y grandes mientras sigue mirando a su alrededor.
—¡Vaya, mamá! ¡Mira! Esa casa tiene una casa en el árbol. —Señala la estructura del patio trasero de Evan—. Es genial. ¿Crees que podría jugar en ella?
Los ojos de Caleb se encuentran con los míos, pero no dice nada.
—Seguro que podemos preguntar. —Le paso los dedos por su cabello rubio.
Esperé este día durante mucho tiempo, para que conociera a Evan, para que él la conozca a ella. Siempre supe que era inevitable y, por mucho que me aterrorizara, también lo esperaba. Y ahora ese día llegó.
—¿Necesitas usar el baño? —Caleb le pregunta, poniéndola de nuevo en pie.
—No, papá. —Pone los ojos en blanco con un resoplido—. Hice pipí antes de salir y tampoco tengo que hacer del número dos, así que no preguntes.
Mi madre se ríe.
—Espero que estéis preparados para la adolescencia con ella.
Caleb la saluda en broma.
—Gracias por el voto de confianza, Allison.
Seda sube al porche hasta mi madre y la abraza con fuerza. —Hola, abuela. Te extrañé. ¿Hiciste cupcakes?
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We (can't be friends) II « [Evan Peters]
Fanfiction// OBLIGATORIO LEER ANTES LA PARTE I // Su corazón quedó irreparablemente destrozado. Mi existencia tomó un giro irrevocable. Así que me marché. Comencé de nuevo. Contraje matrimonio con otra persona. Pero jamás lo borré de mi mente. Han pasado...