SI QUIERES PASA ADENTRO...

Encerrados

-Naiara-

-Hola, Juan, qué tal estás?- pregunto Naiara acercándose a saludar al marido de Carmen.

-Bien, hija, ahí vamos. Tú que tal hija? me ha dicho Carmen que sufres de amores.- Contesto Juan

-JUAN. NO LE PREGUNTES A LA NIÑA. DÉJALA.- grito Carmen al ver que Juan le recordaba a Naiara ese dolor.

-Ves, hija? siempre estamos así. Pero aún así la quiero.- Dijo el acercándose a Carmen para darle un beso.

Al verles tan bien solo recordaba esos días con Lucas. Cuando éramos felices.

-Ay, de verdad Juan. Delante de la niña no.
Mírala como nos ve.- Dijo Carmen riendo.

-Quiero tener un amor tan bonito como el vuestro.- Dijo ella con un poco de tristeza al ver que no le pasará eso con Lucas.

-Tendras un amor como el nuestro o incluso mejor, hija.
Venga, ya basta de amores.
Juan, hoy te echamos de casa, te vas a casa de tu hermano.
Hoy solo es día de chicas, a qué si Naiara?- Pregunto Carmen.

-Si, sólo de chicas. Aunque si quieres te puedes quedar pero con la condición de llevar peluca y maquillaje, así se me haría más creíble que eres una chica.- Dijo Naiara riendo.

-Uy, que? nono, yo mejor me voy.
Adiós. Disfrutad. Y no me eches de menos, carmen.- Dijo Juan guiñándole un ojo a Naiara.

-Venga, tira.- Carmen sacó a Juan de casa y se quedaron solo Naiara y ella.

-Bueno hija, ahora que se ha ido. Dime,cómo te sientes?- pregunto Carmen cogiendo del brazo a Naiara para que se sienten en el sofá.

-La verdad? Me siento muy mal. Siento traición, siento que mi corazón se ha partido en mil pedacitos.
Cuando me dijeron que Lucas no dijo nada al respecto mi corazón se rompió. Sentí que me iba a desmayado en ese momento, que me iba a morir. No podía respirar ni pensar bien.
Lo único que se me venía a la mente era "de verdad lucas me quiere/quería o solo estaba jugando conmigo como me dijo Mario" solo pensaba en eso.
Yo no sé cómo sentirme.
Siento que toda la confianza que le tuve ha sido en vano.
Nunca pensé que iba a estar así, que iba a estar tan mal.
No quiero seguir así. Quiero olvidarle, pero no puedo.-Se sinceró la aragonesa.

-Ya lo sé, cariño. Así es el amor. Nunca vas a estar bien. Siempre va a haber algo que haga que se rompa ese amor. Y nunca es tarde para arreglarlo, siempre y cuando los dos deis de vuestra parte. Los dos os necesitáis.
Aunque no me sé su versión estoy segura que lo ha hecho para no hacer daño a nadie.
Hija, yo os vi, cuando os vi en el portal de casa, vi como os mirabais, veía cómo te miraba el. Te miraba con admiración, adoración, ternura y sobre todo amor. Os veiais con tanto amor, que se podría ver de aquí a leguas. Yo te diría que lo mejor que puedes hacer es esperar. El tiempo lo dirá todo, hija.
Es normal que te sientas mal, al final te ha hecho daño la persona de la que no te lo esperabas, ya que esa persona te ha prometido no hacértelo.
A veces es duro saber dejar, pero creeme que lo vuestro es algo más que algo pasajero.
Tomaros vuestro tiempo, pero yo sé que llegará un día en el que volváis a esta casa juntos.- Naiara se acercó a ella y empezó a llorar.

-No quiero sufrir más. No quiero que me hagan daño- Respondió la morena.

-Lo sé, mi amor, lo sé. Tranquila, esto pasará.- Carmen la miraba con mucha pena. Sabía que ese sentimiento no era fácil de sobrellevar.
Se acercó a ella y apoyo su cabeza sobre su regazo. Sintió ese momento de paz, por primera vez sintió que podía descansar, y así lo hizo. Se quedó dormida plácidamente en el regazo de Carmen mientras está la tocaba el pelo.

***

Al día siguiente...

-Buenos días.- Naiara había despertado un poco mejor después de haberlo hablado con Carmen. Era como su segunda madre.