》Cotidianidad: Gajes del embarazo《

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Los meses pasan volando, al menos eso pensaba Kakashi. Sara acababa de cumplir sus seis meses de embarazo, así que ya sabían que sería un niño y también había escuchado su corazón latir. Eso lo recuerda bien, lloró luego de eso, aunque no quiso demostrarlo frente a las dos chismosas.

—Buenos días, linda —saludó con un corto beso en sus labios. Ella parecía drogada y no era para menos, últimamente esos eran sus ánimos

—¿Ya vas a trabajar? Lo lamento, debía hacerte desayuno

—No te preocupes, dejé todo listo, cuando te levantes calienta tu desayuno. Pakkun está cuidando de Kaede en caso de que despierte, así que te avisará. Descansa otro rato.

Se colocó el chaleco táctico bajo la atenta, pero cansada mirada de su señora.

—¿Ves algo que te guste? —le picó, pues sabía que ella últimamente estaba tendiendo bastantes ganas.

—No me provoques si luego no harás nada al respecto —le respondió en un resoplido, envolviéndose entre las sábanas para seguir durmiendo.

—Volveré temprano. Adiós.

—Ten cuidado.

Sin más salió de la casa. Si bien las cosas han estado saliendo relativamente bien, era preocupante el estado de salud de la pelirroja. Ya lo habían discutido con las doctoras, era en parte, un efecto secundario por las quimios y también por el desgaste de su cuerpo sumando al embarazo. No estaba ganando peso, de hecho lo estaba perdiendo y eso le tenía preocupado.

Habían intentado hace unos meses colocar dosis bajas de quimioterapia para ver cómo reaccionaba el bebé, Yuki aseguró que se mantenía estable y sano. La dosis no era lo suficientemente alta como para dañar al bebé, o como para que Sara comenzara a perder cabello, pero sí como para causarle malestares en el cuerpo, dolor articular, pérdida de peso, somnolencia. Además de todo ello le habían hecho una advertencia:

—Sensei, Sara está presentando disnea y una hipoxia moderada, significa que le cuesta trabajo respirar, y que su sangre no se oxigena correctamente. Puede que tenga mareos constantes o que en ocasiones pierda la conciencia por unos segundos. No deben sobrepasar los segundos, si se alarga más, debes llevarla a emergencias, pero si no es así, no hay nada de lo que en realidad debas preocuparte, pero debes estar muy atento, lo que me preocupa es que tenga estos mareos y pueda golpearse o caer por su embarazo, así que trata de cuidarla mucho, Sensei”.

De eso hacía al menos un mes, y era cierto. En más de una ocasión ella sencillamente se desplomaba de la nada, Kakashi la sostenía entre sus brazos y era cierto, duraba apenas unos segundos, y ella volvía en sí, confundida. Le aterraba las primeras veces que ocurrió porque no quería que ella se lastimara, pero ahora, había aprendido a vivir con eso. Había comprendido más o menos cuando ocurría, siempre podía ser repentino, pero solía ocurrir cuando se levantaba abruptamente de su asiento, luego de hacer alguna actividad física, luego de agacharse, luego de permanecer de pie mucho tiempo, entre algunas otras. Así que había estado practicando, era por supuesto una ventaja sus habilidades ninja, porque Sara nunca había llegado a tocar el suelo mientras él estuviera cerca.

Su día en la torre no estuvo nada fácil, habían temas economicos que arreglar, decisiones empresariales que llevar. La economía de la aldea estaba mejorando, pero eso era gracias al gran esfuerzo que Kakashi había puesto en ello, para que las misiones y el mundo ninja no fueran la principal fuente de ingresos como lo era antes, sino también la agricultura y los pequeños negocios que luego forjarían empresas. Ya no estaban en guerra, y aunque la formación militar no podía quedarse atrás, tampoco podían estancarse allí. El mundo avanza, y ellos también debían hacerlo.

One-shots de《Kakashi Hatake》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora