》Una Noche Cualquiera de Una Familia Primeriza《

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Últimamente había tenido mucho trabajo, los avances que había logrado en Konoha aunque buenos eran complicados, tenía que ayudar a que todos se adaptaran y mantener a los demás Kages a raya. La última semana había sido realmente pesada. Había logrado ir a su casa sólo dos días y fue solamente a almorzar y avisar que tenía mucho que hacer.

Suspiró cansado.

El resto de días había dormido en su oficina o bien no había dormido. Por eso hoy, domingo; cuando debería estar en casa y no terminando de cerrar su oficina, estaba realmente muerto.

Una diminuta sonrisa se dibujo bajo su máscara al ver su escritorio vacío, sin montañas de papeleo; Lo había logrado. Le pediría a Shikamaru que le despejara al menos dos días libres. En estos momentos sentía sinceramente que su aldea y los Kages podían irse a la mierda por unos días. Estaba mal, si, pero estaba cansado y quería ver a su familia. Ya luego se encargaría de volver a ser un Hokage honorable y responsable.

Sin ganas de perder más tiempo puesto que empezaba a oscurecer hizo uso de uno de sus jutsus favoritos dejando un rastro de polvo y hojas frente a la puerta de su oficina.

...

Al aparecer en su habitación se encontró con su asustada esposa y su emocionada hija.

- ¡Kakashi!, no hagas esas cosas - dijo airada con una mano en su pecho a la altura de su corazón. La pequeña bebé se movió emocionada sobre la cama.

Él ignoró su queja y se dejó caer boca abajo sobre su cama con cuidado de no aplastar a su pequeña. Soltando un gran suspiro de alivio.

Sara suavizo su mirada al verlo tan agotado. Se sentó a un lado de Kakashi y acarició su cabello. Éste cerró los ojos encantando.

- ¿Lograste terminar?, te extrañamos mucho a decir verdad - dijo con voz suave, la que utilizaba para consolarlo.

- Si... - su voz fue un susurro suave y obstruido por el colchón.

- Me alegra mucho, al fin podrás descansar. Imagino que estás muerto, tienes una semana entera encerrado en tu oficina.

Kakashi asintió y luego sintió dos pequeñas manitos más sobre su cabeza. Levantó su rostro y se encontró directamente con su pequeña hija jugueteando con sus cabellos. Balbuceaba y reía.

La mirada de Kakashi se suavizo por completo y bajó su máscara permitiendo que la pequeña pelirroja jugara con su rostro. recordó por qué era necesario esforzarse tanto como Hokage; a pesar de que ser Hokage no era ni fue su sueño daba su mayor esfuerzo por mantener a Konoha y preservar la paz con las demás aldeas. Quería que las nuevas generaciones crecieran en un mundo tranquilo sin preocuparse por guerras y ese tipo de cosas o tener que renunciar a su niñez por tener que ir a al campo de batalla.

- Ya tiene ganas de hablar - Sara lo hizo volver a la realidad.

- Tienes razón.

Últimamente Kaede no paraba de soltar soniditos muy cercanos a una palabra real.

- Me salió subdesarrollada, una genia igual que su padre, que suerte - dijo graciosa. Kakashi se sentó sobre la cama.

- No digas eso - Tomó a Kaede por sus bracitos y la abrazó contra su pecho. - Quiero que crezca con libertad y disfrute de su niñez - Sara sonrió al verlo en su modo "padre amoroso". La pequeña bebé se quejó moviéndose en los brazos de su padre intentando separarse. Kakashi la miró extrañando.

- Está fastidiada, tiene calor y ya va siendo hora de acostarla - Sara aclaró antes de que él preguntara.

El Hatake asintió comprensivo.

One-shots de《Kakashi Hatake》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora