Celebración nupcial PARTE 2

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ADVERTENCIA: Contenido +18

La pareja se encontraba en la parte de afuera del cuarto de hotel donde se estaban quedando con Taylor y sus hijos, el pasillo estaba en total silencio, la fiesta era a algunos metros de ahí y afortunadamente, nadie se asomaba a los cuartos debido a lo ocupados que estaban celebrando al lindo matrimonio de su amiga y de Kelce, ya se podía percibir la urgencia de los dos, era evidente, solo ellos lo sabían y tratar de aguantar toda la velada iba a ser algo complicado, al menos en ese momento, sintieron la derrota en sus ojos, había quedado fervientemente a que resistirían la tentación de verse u hablarse de manera romántica ante todos los asistentes de la boda, sobre todo pensando en el matrimonio, ellos merecían ser el centro de atención, era su día, su momento, merecían que todo saliera de maravilla, no que voltearan a ver a la nueva pareja, eso sería egoísta.

Ross miraba de pies a cabeza a su novia, ¿De verdad estaba saliendo con ella?, no podía creerlo todavía, un poco porque casi no han podido verse por diversas cuestiones, entre ellas las fiestas navideñas, agradecía que Selena podía entender eso, era una mujer con un pensamiento tan tranquilo y afable, ¿Cómo es que la han lastimado tantas veces?, no le parecía lógico, sin embargo, por esas circunstancias es que ahora ellos dos se encontraban juntos, ya deseaba que terminara todo para revelarles que salía con ella.

Selena observaba a Ross, se miraba tan bien en ese traje elegante y sofisticado, le daba un porte tan atractivo, sus caras delataban todo, sus manos no podían quedarse quietas.

—Ven— Gomez sacó su tarjeta del cuarto antes de que los notaran, abrió y entraron, en el primer momento que se cerró la puerta, la pareja entrelazó sus cuerpos, las manos de Ross ya estaban en el trasero de Selena, y ella, trataba de rodear su cuello, pero a pesar de tener tacones altos, era muy grande, así que se sostuvo de sus fuertes brazos, sus labios ya estaban unidos mediante besos apasionados, él la tomó para sentarse a la orilla de la cama y continuar lo pendiente, no sabían hasta donde iba a llegar el asunto, pero al menos, era agradable estar en cualquier situación de ese tipo con ella.

Los labios de Ross recorrían el cuello de la pelinegra, dando suaves y seductores besos hasta llegar a la zona de sus pechos, debía admitirlo, ya quería explorar ese lugar, pero todavía le daba un poco de pena eso, no deseaba que creyera que era todo ese espectáculo para utilizarla e irse, la verdad es que le gustaba mucho y pensaba en una relación que puede ser todavía más seria a futuro, de verdad, veía gran potencial, todavía debían hablar acerca del tema, pero ahora no era momento para charlar, ya estaban ocupados en otra cosa.

Él le bajó un poco el escote del vestido mientras ella se hacía para atrás, dándole más lugar y comodidad a la situación, al mismo tiempo ella le acariciaba la cabeza, sintiendo esos cortos rizos asomándose en su cabello rapado, Selena no tenía estándares de hombres con los que salía, no se fijaba mucho en lo físico, pero Ross era otra cosa, demasiado varonil, atractivo, fuerte, seguro y eso la mataba, el exjugador succionaba uno de sus pechos con gran entusiasmo, Selena estaba gustosa así que él no iba a parar, con su otra mano apretaba el otro seno, acariciando lentamente con la yema de sus dedos en los puntos más sensibles, Selena apretó sus labios y al mismo tiempo sus piernas, no iba a tener sexo ahí, sin embargo, un pequeño jugueteo no iba a estar mal.

Ross pudo tomar esa postura como una buena "señal de siga", Selena era demasiado ardiente, se sentía completamente perdido por eso, no quería dejarse engañar con que solo le gustaba su cuerpo, ella le parecía muy linda también, agradable y muy fácil de tratar, además de amable, buena, respetuosa, entre otro adjetivos que podrían describirla, pero en ese momento, no lograba concentrarse y tratar de actuar como un hombre decente, Gomez le provocaba demasiado esos instintos tan naturales como lo es el sexo, ese cuarto no iba a ser el lugar indicado para llevar aquella tan íntima y delicada tarea, tampoco le disgustaba lo que pasaba, una porción adecuada de jugueteo antes de todo, era excelente, el vestido estaba bajando un poco, pero no lo suficiente como él quisiera, así que tuvo que redirigir sus manos, para buscar del resbaloso cierre de la parte de atrás al cual no podía llegar, ¿Porqué hacían las cremalleras de los vestidos tan complicados?, era como jugar al cubo Rubik, tratando de encontrar la combinación de colores correcta para obtener victoria.

Mi vicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora