CAPÍTULO 10 Corta despedida

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La pareja se encontraba llegando a la casa de Selena Gomez, no quería parecer una mujer fastidiosa, pero se sentía genial de volver al clima cálido de California, la ciudad de Los Ángeles siempre ha sido su hogar, ha asentado en ese sitio desde que tiene memoria, el ser una actriz desde niña le obligaba a vivir en el lugar, ella por decisión propia cuando cumplió la mayoría de edad, se quedó en esa ciudad que le encantó.


Al bajar del vehículo que los trasladó del aeropuerto a la casa de la exestrella Disney, Ross bajó las maletas, mientras Selena abría la puerta, algunos días ella tenía personal que llevaba a cabo ciertas tareas de mantenimiento en esa enorme mansión, no es que ella no pudiera hacer nada nunca, pero entre la jardinería de la cual no sabía nada y la limpieza, que ella no podía hacer siempre si no es por su apretada agenda o por su enfermedad, de manera continua su casa no estaba vacía nunca, hoy era uno de esos días donde nadie se encontraba, al entrar, Ross iba tras ella con las cosas.

—¡Winnie, Daysi! — llamó a sus mascotas, alguien las alimentaba diariamente en ciertas horas del día, cuando sabían que ella estaría fuera, eso era seguido.

Los perros salieron corriendo contentos para ver a su humana, moviendo la cola y saltando, Ross sonría, los perros podían detectar siempre a la gente buena o mala, siempre ha pensado eso, y verlos tan felices por estar con su dueña, era una buena señal, una de las muchas buenas que ha tenido a lo largo de las semanas que la ha estado conociendo.

—Casi son las ocho, no debe de tardar en llegar la visita— ni siquiera pudo llamarle por su nombre, le daba algo de pena todo eso.

—Sí, pronto debe llegar, ¿Está bien si subo tus cosas mientras? —

—Gracias Ross— lo abrazó antes de contestarle la pregunta.

Él sonrió. —No es nada, tomaré eso como un sí— rio y se fue con las cosas.


Mientras Ross estaba arriba llevando las maletas de su novia a la recamara, sin tardar, Benjamin ya estaba llegando, tocando el timbre de aquella casa que conocía muy bien, los nervios de Selena estaban altos, no es que sintiera algo por su expareja, pero le daba miedo como es que Ross reaccionaría ante tal situación, tan solo esperaba que Benny no fuera un imprudente, odiaría que perturbara su recién noviazgo, estaba demasiado ilusionada con la seriedad que han estado tomado con respecto a su relación, todo era nuevo aun, pero se sentía la seriedad de llevar las cosas a un futuro inmediato.

Abrió la puerta. —Hola— ella dijo amablemente.

—Selena— entró confiado.

—Pasa...— cerró la puerta tras él. —¿Dónde dejaste lo que necesitas? — ella ni siquiera sabía a lo que se refería, no le preguntó qué es lo que olvidó, recordaba que algunas cosas que dejó ahí, las metió a una caja para cuando él las reclamara, seguramente todo se encontraba dentro. —Tengo cosas tuyas en una caja, pero esa está en la cochera—

—Ok, ¿Puedo ir a ver? —

—Sí, adelante— le indicó el camino como si él no supiera donde está.

—Dame unos minutos— con eso le dio a entender que iría solo, no necesitaba que lo vigilara, no haría nada raro.


Ross bajó lentamente las escaleras, se sentía raro, ¿De verdad su cuerpo y mente demostraba sentir celos?, ¿Eran celos lo que percibía?, ¿Desde cuándo él se sentía así?, era un sentimiento normal, en cualquier ser humano, pero debía controlarlos, no quería verse como un idiota con Selena, se acercó al pasillo entre la sala principal, la cocina y el vestíbulo, viendo que su novia estaba parada abrazándose a ella misma.

Mi vicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora