Mi vicio

CAPITULO 8 Es hora de confesar algo

Ross suspiró antes de levantarse a abrir la puerta de su habitación. —Creo que estamos destinados a que nos interrumpan— bromeó y abrió la puerta. —Mamá—

—Lamento interrumpir, solo quería decirles que pueden bajar a comer algo—

—Está bien mamá, gracias—

La señora se retiró de ahí y bajó directo a la cocina.

—Entonces...— Selena rio. —Supongo que debemos bajar—

—Sí, después podemos tener un poco de privacidad, espero— rio.

El grandulón tomó la mano de Selena y bajaron, caminando por el pasillo, ella miraba todo, las lindas fotos familiares colgadas de manera adorable por toda la casa, ¿Algún día ella podría tener algo así?, no lo sabía, ¿Sería con él?, rogaba que sí, Ross abrió la puerta del baño de la planta de abajo para que pudieran lavarse las manos, él le dio el paso, pero ella le dijo que entrara primero él, Ross accedió, se lavó las manos, en lo que Selena miraba una foto de lo que sería un Ross de corta edad y su mamá, era claro que él se parece completamente a su papá, se veían como una familia común, normal y amorosa.

Gomez podía entender que él siempre ha vivido una vida tranquila, ¿De verdad querría entrar al caos de la fama al salir con ella?, él estaba un poco más en el ojo público al ser amigo de Travis Kelce, con la obviedad de que tiene un matrimonio con Taylor Swift, pero ahora, sumarle, ser novio de Selena Gomez, eso sin duda sería algo de lo que debe pensar con calma.

Al salir él del baño, ella entró a lavarse las manos, el jabón líquido olía a vainilla, les dejaría un olor a panques recién horneados, se miró al espejo, acomodándose el cabello, no quería darles una mala impresión a los padres de su novio, se secó las manos y salió del baño, topándose con Ross parado justamente en el marco de la puerta, ella tenía que ver hacia arriba para poder mirarlo a los ojos, se notaba un interés enorme hacia la pelinegra, ella sonrió al verlo y lo abrazó.

Ross la abrazó acariciando su espalda. —Tenemos que ir— la besó y tomó su mano.

Fueron sin tardar a la cocina, donde la señora Travis tenía preparada una comida casera para la llegada de su hijo y su novia, ella y John, su esposo, tenían toda la intención de conocer más a fondo a la chica con la que ahora salía su hijo, era una completa novedad que Ross les llevara a casa a una dama, desde hace algunos años él se ha dedicado solo a viajar y no sentar cabeza para nada, mucho menos establecerse en un solo lugar, les parecía sorprendente que por fin se viera serio con alguien, aunque, al mismo tiempo, el matrimonio creía que salir con alguien de la talla de Selena Gomez debía ser un asunto de pensar.

La mesa estaba lista, Ross le sacó la silla para que Selena se sentara, ella agradeció el gesto y se sentó, un poco nerviosa, no iba a negarlo, seguro que tendría que contestar muchas preguntas como si fuera una entrevista, la señora Debbie les sirvió la comida, albóndigas con vegetales y puré de papa, un platillo cien por ciento casero, Selena no era ajena a la cocina, así que le gustaba mirar y analizar todo, fuese correcto o no.

—Espero que te guste Selena— John habló. —No estamos acostumbrados a las comidas caras, pero esta te puede gustar mucho—

—Papá— Ross trataba de que no dijeran cosas incómodas.

—Está bien— Selena rio, podía entender.

Todos comenzaron a comer, Selena podía sentir el sabor casero de la madre de Ross, imaginaba la vida tan linda y normal que pudo tener viviendo en Chaska, era diferente a la suya, ella desde pequeña se ha dedicado a trabajar, aunque amaba la actuación y ser lo que es ahora, hubiera sido lindo tener una infancia normal.