CAPÍTULO 35 Todos quieren saber que es

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—¿Quieres quedarte aquí? — la pregunta de Ross tenía todos los tintes de estar a solas con ella, en ese lugar de la enorme mansión de la exestrella Disney.

—Sí— lo besó. —Me gustaría en este momento que solo te dediques a besarme— acariciaba su pecho.

—Oh, bien, entonces debo cumplir los antojos de la futura mamá— Ross estaba riendo ante la petición de su novia, se acomodó en el sillón, haciendo a un lado a Selena para poder colocársela encima de él.

Ya era justo tener un momento a solas de verdad, algo que no implicara meramente terminar de maneras sexuales, tan simple como cumplir la petición de la pelinegra de solo besarla, lo haría con gusto, Gomez se acomodó en el pecho de su novio, abrazándolo, él del mismo modo lo hacía, acariciando la espalda de su novia, aspirando el rico aroma que ella despedía, su fragancia era ligera, pero dulce, y ni hablar de su cabello, todas las cosas y productos que se ponía en él le hacían oler todavía mejor, él hundió su cara en el largo cabello de Selena, buscando piel, encontrándose con su cuello, besando repetidamente aquella zona, amaba sentir su piel tan suave, una de sus manos estaba apretando gentilmente su espalda, dándole pequeños masajes en circulo con sus dedos, posteriormente, bajó su mano hasta su trasero.

—Ross— ella le acariciaba la barba.

—No haré otra cosa— rio y besó su frente.

—Bien— lo besó de vuelta, ella siempre estaba dispuesta a tener sexo con él en todo momento, pero en ese instante, no se sentía con ganas de dar un trabajo corporal extra, el viaje había sido largo y solamente tenía ganas de estar botada en una superficie suave y cómoda.

Él comprendía perfectamente el sentir de su novia, los cambios en su cuerpo no se miraban, pero por dentro, un sinfín de cosas sucedían, sin duda, estaban dándole lugar a su futuro bebé, ¿Qué es lo que sería?, ¿Una niña?, ¿Un niño?, las hormonas revoloteando, todas las emociones que van a experimentar ambos le daban un sentimiento de emoción, su familia aceptó muy bien la noticia y, aunque la de Selena al principio fue un enorme shock, ahora todos estaban en sintonía.



Agosto.

Las semanas habían pasado volando, hace algunos días la pareja fue a control rutinario del embarazo, llevando a cabo un par de pruebas para saber que todo se encontraba en orden, evitar que su futuro hijo llegara con alteraciones cromosómicas era de suma importancia, era un tema tenso, pero si el bebé venía mal... Debían repensar las cosas, por lo que el ambiente estaba algo rígido.

Selena no quería comportarse de un modo extraño con su novio, pero ella era fiel a la idea de que si las cosas salían mal con el bebé... reconsiderarían mucho el futuro, ella rezaba porque no, no quería sentirse una mala futura madre, pero tampoco traería un hijo al mundo que no se pudiera valer por si mismo o que sufriera toda su vida, las afecciones genéticas de gravedad eran de pensar, Ross por su lado, pensaba mucho, le gustaría decir que la pelinegra estaba exagerando, pero tenía razón, así que pedía al cielo que todo saliera bien.


La actriz despertó, tendrían cita en la clínica al medio día, cuando los resultados de las pruebas estuvieran listos, además de otra revisión, anoche habrían platicado demasiado al respecto, uno de los miedos más grandes de las mujeres gestantes era que sus hijos no llegaran sanos al nacimiento, esa era una intriga de los dos, aun acostada en la cama, volteó a ver a su novio que estaba durmiendo de lado, su brazo estirado, respirando profundamente, no quería perturbarlo, pero la conversación de hace algunas horas hizo que se acostaran a dormir algo enojados, no querían pelear pero eran temas serios.

Mi vicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora