CAPÍTULO 16 Tarde de hermanas y... ¿Descubrimientos?

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Esa mañana, Selena se iría primero a realizar un asunto pendiente que no le diría a nadie, despertando, besó a Ross, diciéndole que debía irse con urgencia y arreglar un inconveniente, le estaba mintiendo, pero no le podía decir la verdad, al menos no ahora, se metió a bañar y en cuanto salió se vistió.

No tenía tiempo para desayunar, se pediría algo en el camino, en cuanto bajó a la entrada de los departamentos, su auto la esperaba, el guardaespaldas le abrió la puerta, dándole el paso, la dirección a la que se dirigían era una clínica, los resultados de aquellas pruebas que se hizo mientras se encontraba en la ciudad eran de suma importancia.


Ella no podía sacar de su mente las veces que trató de quedar embarazada de Benjamin, aunque ahora agradecía al cielo que eso no pasara, porque no tenía ni la más mínima idea que acabaría con el mejor amigo del esposo de su mejor amiga, un divertido enredo, Ross le despertaba sentimientos que ella no sentía hace años, un hombre que le atraía demasiado, no iba a negarlo, le provocaba tantas emociones juntas, ya que han estado hablando cada vez más acerca del futuro, debía revisarse, por lo que la semana pasada fue a una revisión rigurosa médica, averiguar si estaba todo bien era primordial.

La gran manzana, tenía buenos doctores, ella eligió un lugar privado y exclusivo, una clínica de fertilidad, específicamente, si ella no iba a ser madre pronto o si tenía problemas, querría saberlo ya, así tal vez podría congelar sus óvulos para cuando estuviera lista para ser madre, en dado caso que no fuese pronto.


Llegando a la clínica, el guardaespaldas la esperaría afuera, Selena entró, quitándose los lentes de sol, una recepcionista la guio al verla, tenía pase directo el día de hoy, caminaron por el largo pasillo, entrando al elevador, al apretar el piso número 11, el momento de la verdad se veía más cercano, el ascensor se detuvo y salieron, parando en el consultorio esperado, Selena se fue, agradeciendo la atención a la señora y esta se alejó.

—Adelante, señorita Gomez— una mujer de edad mediana, quien era la doctora la recibió.

—Buenos días, doctora Ferguson—

—Tengo todos los resultados, sería bueno que tomara asiento—

—Dios— ella sintió como su corazón latía sin control, ¿Serían malas noticias?, la seriedad de la doctora la mataba, se veía tan neutra al respecto.


Durante días se estuvo acribillando sola, pensando en lo peor, en todos los escenarios posibles, el cómo nunca se cuidó con Benjamin y nunca pasó nada, ¿Fallaba algo con ella?, la doctora la sacó de sus pensamientos.

—Señorita Gomez, primero que nada, debo decirle algo muy importante, para su tranquilidad, no posee ninguna enfermedad de transmisión sexual—

Ella suspiró aliviada, siempre ha sido cuidadosa con ese tipo de cosas, le alegraba que no tuviera nada, agradecía que Benjamin fue sincero al comentarle sus parejas sexuales y lo que hizo en un pasado y por lo que podía ver, Ross estaba perfectamente bien, de igual modo, porque si no, ella tuviera alguna cosa ahora mismo. —Gracias a Dios—

—Las cuatro pruebas de fertilidad que le realizamos, están aquí— le mostró un papel. —Voy a leerle, ¿Está bien? —

—Por favor—

La doctora se puso sus lentes, su paciente denotaba nervios por doquier, así que ella le daría la noticia de una vez. —Todos los exámenes realizados dicen que esta bien, todo en orden—

—¿De verdad? —

—Sí, usted no tiene problemas de fertilidad, para su edad, está bien, claro que va a ir bajando la taza de probabilidades, pero eso será pasando los 35 años, se halla en perfectas condiciones para procrear, claro, exceptuando que debe ser guiado todo con mucho cuidado por su padecimiento— se refirió al lupus. —Tengo que decirle esto, puede ser duro, pero... Si usted se embaraza sin un seguimiento médico previo, las cosas pueden salir mal, no voy a entrar en especificaciones ahora, eso será hasta que suceda, si así lo desea—

Mi vicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora