CAPÍTULO 13 ¿Pronto para hablar del futuro?

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Ross se quedó boquiabierto al mirar a su novia cruzar la estancia, ¿De verdad estaba saliendo con ella?, ni loco pensó que un día eso podía pasar, se sentía como una película donde una persona común lograba salir con alguien famoso, a él no le interesaba la fama de Gomez, ni su dinero, él tenía lo suyo, pero la verdad, podía sentirse como en un sueño.

—¿Te gusta? — la pelinegra le preguntó sinceramente, estaba nerviosa, aunque ha trabajado mucho en su seguridad al llevar ropa pegada al cuerpo.

Él se puso de pie, necesitaba admirarla más de cerca, no quería pesar como un cerdo, sin embargo, se veía de lo más comible. —Me encanta— tomó su mano para darle una vuelta, y poder mirarla mejor, ese vestido y ese color, le quedaban totalmente bien.

—¿No crees que voy muy arreglada para ir a comer sushi? — rio.

—No, Sel, tu podrías ponerte lo que sea a donde sea que quieras ir y, de todos modos, siempre te vas a ver fabulosa— fue sincero.

Ella sonrió sonrojada, abrazándolo, pegando su mejilla a su pecho, nunca había tenido un novio tan alto como él, no iba a mentir, le gustaba mucho eso.

Ross la abrazó también, bajando luego sus manos a su trasero, apretando esa enorme extensión, acariciando suavemente.

—Me están dando ganas de no salir— bromeó, pero al mismo tiempo estaba sintiendo ese calor y urgencia de quedarse en casa, tumbados en la cama, teniendo sexo.

—No me tientes, Sel— rio.

—Es hora de irnos— lo besó.


El traslado al restaurante sería en el auto de Gomez, Ross estaba luchando demasiado consigo mismo para no cometer cosas impúdicas en el vehículo, ¿Qué diría el chofer?, ¿Su guardaespaldas?, respiró profundo, tomando solo su mano, ¿Desde cuándo era tan recatado?, su primera vez no fue del modo convencional, ¿Y ahora se contenía?, en ese momento ya estaba deseando arrancarle ese vestido.

Selena podía percibirlo, ella se sentía del mismo modo, ese hombre gigantesco sabía cómo vestirse bien, ella analizaba secretamente su atuendo, además de que se miraba tan sexy, buscaba los lugares donde ella podría meter su mano si se le presentaba la oportunidad.


En menos de lo que esperaban, llegaron al restaurante, el local era el favorito de varias de las estrellas que vivían en la ciudad o que la visitaban, el personal ya sabía que Gomez vendría, ya que el exjugador mencionó a nombre de quienes estaría la reservación, él salió del auto, para luego tomar la mano de Selena y que nadie fuese a molestarla al salir de la camioneta, sobre todo porque el atuendo que tenía podía dejar ver más allá de lo que él quisiera que los demás notaran, si es que se llegaba a descuidar, pero ella lo portaba como toda una experta.

Entraron al local, siendo guiados a su mesa, apartada del resto de los comensales, Ross jaló la silla para que su novia pudiera sentarse, al tener la carta en sus manos, él dejó que su chica eligiera la comida, no se podía concentrar en otra cosa más que en verla, se veía deslumbrante, si quería conseguir que no se concentrara un solo segundo, el cometido fue logrado.

La pelinegra le estaba leyendo la carta, preguntando su opinión para saber qué es lo que gustarían comer, pero él no estaba concentrado. —Ross, ¿Me estás escuchando? — se dio cuenta.

—Sel, de verdad, no quiero que te molestes, pero no puedo, de verdad que no puedo— se puso las manos en la cara tratando de destensarse.

Ella captó a donde estaban apuntando sus ojos. —¿Necesitas que me ponga un abrigo? — rio.

Mi vicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora