CAPÍTULO 17 Corto escape

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ADVERTENCIA: Contenido +18

El viaje para llegar a Rhode Island fue corto, afortunadamente la pareja se encontraba cerca de ahí, fue una odisea decirle a Gracie que no podía venir esta vez al viaje, hubiera sido interesante llevarla para que viera de nuevo a los hijos de su amiga, ella adoraba los bebés, pero, al pasar unos días algo incómodos con ella en la casa, Ross podía sentirse algo sobrecargado de cuidar de una niña menor de edad.

El auto que rentaron estaba siendo conducido por el exjugador, Selena disfrutaba siempre de observar la carretera, le hacía pensar en un montón de cosas acerca de la vida, la plática tan profunda que estaban teniendo era enternecedora.

—Entonces, dirías, ¿Te sientes listo para asentarte pronto?, ya sabes, ¿Podríamos vivir juntos? — Selena le preguntó.

—Creo que ya hacemos eso— dijo riendo.

—Sí, pero no me refiero a eso—

Él sabía perfectamente a lo que se refería, solo que no quería decir algo equivocado, su amigo se había comprometido a los cuatro meses de conocer a Taylor, ¿Le pasaría lo mismo a él?, por supuesto que tenía ganas de pasar el resto de sus días con Selena, pero tampoco la quería asustar, la palabra compromiso es un asunto importante que no se debe tomar a la ligera, ¿Ella quería eso?, preguntarlo podía ser peligroso —Podemos seguir haciendo las cosas como ahora las llevamos, ¿A menos que quieras que hagamos otro tipo de cosas? —

—No, está bien— ella cruzó los brazos, quería darle a entender que comprometerse era algo que deseaba mucho, pero era muy pronto para tocar ese tema, ¿O no lo era? —Ross, ¿Qué piensas acerca del compromiso?, ¿Has considerado alguna vez casarte?, ya sabes, todo oficial— casi lo escupió.

Entendía la indirecta, pero se haría el tonto para averiguar un poco más. —No fue algo que pensara mucho hace un tiempo—

—Ok— ya se estaba molestando.

—Selly, ¿Te enojarás? —

—No— tenía la mirada fija en la carretera.

—Oh, no, Sel, no te molestes, debes estar creyendo ahora mismo que soy un verdadero idiota— dijo mientras conducía.

—No— se relajó. —No pienso eso, supongo que es algo pronto para hablar de todo esto, aunque me es muy importante saber que es lo que quieres, Ross, te amo— se sonrojo al decirlo. —Odiaría que no quisieras lo mismo que yo, eso nos llevaría a caminos separados y no quiero eso— estaba a punto de llorar.

—No, Sel, espera— pudo oír la voz entrecortada de su novia y se sintió como un tonto por no decir lo que verdaderamente pensaba. —Sel, yo salí hace tantos años con una modelo, duramos bastante, pero... Tengo que ser honesto, ella no es como tú, con eso no quiero decir que ella es mala, ni nada, pero siento que contigo verdaderamente encajo—

Ella volteó a verlo, tratando de no llorar, era un día donde seguramente estaba ovulando, porque entonces no se explicaba la enorme sensibilidad que sentía.

Ross continuó. —No desearía estar con nadie más que no fueses tú— confesó. —Y si tienes en la mente la palabra boda, matrimonio, casamiento y todos lo sinónimos que el diccionario pudiera tener, quiero decirte que no soy ajeno a ello, ¿Está bien?, me encantaría tomar ese paso contigo, pero si lo hago, debe ser especial, ¿Ok? —

—Ahora me siento como una tonta— se limpió las lágrimas que trató de no sacar.

—No, es normal, pienso que el modo correcto en que las parejas deben seguir y funcionar es hablar siempre, ¿Sabes?, tengo 32 años, sería algo tonto seguir pensando como un adolescente, o un tipo que huye a las formalidades, no es mi estilo, también te amo Sel— finalizó sonriendo.

Mi vicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora