Mi vicio

Cálculos fallidos PARTE 2

Selena se quedó sorprendida ante la pregunta de la señora Travis, no la iba a hacer sentir mal al decirle que el olor que la comida tenía era algo que le estaba causando un leve malestar, pero se iba a aguantar, así que, sacó todo el valor y respondió, mintiendo un poco.

—Sí, estoy bien, un poco cansada por el viaje—

Ross se dio cuenta de que estaba mintiendo, pues el par de días anteriores ella se encontraba mal estomacalmente, pero era obvio que eso no se lo iba a contar a sus padres, así que la apoyó en la mentira, no necesitaban saber tampoco, que devolvió todo en el camino a la casa. —Yo creo que solo cenaremos e iremos a la cama, está agotada—

—Ok, entonces, vamos a servirles, nosotros tenemos la panza llena, comimos mucho— John rio.

Todos se dirigieron a la cocina, sacando solo dos platos, ellos conversarían mientras comían, colocaron la comida, era pollo guisado con papas y especias, una comida simple, pero las papas, era algo que Selena no estaba tolerando por alguna razón que ella todavía no comprendía, los señores Travis hacían plática, tratando de conocer un poco más de la mujer que tenía loco a su hijo.

—¿Ha ido todo bien en California? — el señor Travis le preguntaba, le parecía interesante lo mucho que ella trabajaba siempre, debía ser una mujer muy ocupada, así que era agradable tenerla cerca, debía hacer espacio en su apretada agenda.

—Sí, todo ha estado muy bien— respondió.

—Sería agradable que invitaras a tus padres a venir un día aquí y conocerlos— Debbie dijo.

—Les encantaría— sonrió sonrojada ante la seriedad de todo eso, es normal que los padres conozcan a los padres de la pareja, eso se sentía tan especial, era común, pero para ella le daba un sentimiento de seriedad a la relación, por su mente se cruzaron muchas cosas lindas, era una imagen que si quería vivir.

—Podemos coordinar un día— la señora estaba firme en la idea de que necesitaba conocerlos, más allá de que su hijo pasaba de los treinta años, quería tener la seguridad de que todo marcharía correctamente.

Ross se sirvió papas, el vapor que expedía al sacarlas del horno, era bastante oloroso, ese aroma, le llegó a la pelinegra, cerró un poco los ojos tratando de ignorar lo desagradable que estaba siendo para ella, todos seguían conversando y por suerte no notaban las caras que Selena hacía, ella necesitaba irse ya, las ganas de vomitar estaban apareciendo, ese malestar tan frustrante, el líquido le raspaba la garganta de manera ácida y caliente, apretó la boca, tratando de regresarse asquerosamente esa sensación, se puso de pie, lentamente para no verse grosera o rara, reuniendo toda la fuerza y valor para hablar.

—Tengo que ir al baño, permiso— salió lento de la cocina y al cruzar la sala subió corriendo a la habitación de Ross.

Llegando a la pieza, entró lo más rápido que pudo, abriendo la puerta del baño y entrando al inodoro donde devolvió todo lo que apenas había comido, ¿Qué le estaba pasando?, ya no estaba viendo tan normal ese malestar del domingo, creía que ya era demasiado tiempo para que su estómago no se haya asentado, si no era una infección estomacal mal tratada, tenía que ser otra cosa, le bajó a la taza de baño, despidiéndose de ese horrible desastre que hizo, le echó aromatizante para no dejar rastro de su crimen, no quería preocupar a su novio, si algo malo le pasaba con respecto a su salud, quería ser ella misma quien se enterara primero.

Terminando de vomitar, se mojó la cara con agua fría, tratando de ordenar sus pensamientos, se miró al espejo, seguía mirándose pálida cada que le pasaba eso, cepilló sus dientes, se metió hasta enjuague bucal, debía estar presentable ante los señores Travis, salió del baño para sentarse un momento en la cama, su cabeza le estaba dando vueltas, se sentía como esas veces que te subes a un juego mecánico en la feria que da giros alocados y bajas, así podía percibirlo, mejor se acostó un momento, haciendo respiraciones largas y profundas con los ojos cerrados.