El camino a la casa de la exestrella Disney estaba siendo silencioso, Ross tenía que admitir que le daba mucho miedo mantener con vida a un ser tan pequeño, podían ser solo sus ideas, o tal vez se descolocó mucho ver a los hijos de su mejor amigo portarse como se espera que lo hagan dos niños de esa edad, ¿Y si el hacía las cosas mal?, ¿Y si su hijo se volvía de esos niños que molestan a otros?, y sí....
—Ross—
Selena interrumpió los pensamientos del sujeto enorme.
—¿Sí? — conducía.
—La fiesta terminó algo rara, ¿Verdad?, ¿Puedes decirme que es lo que está pasando por tu mente?— ella acercó su mano acariciándole el brazo.
—Sel... ¿Crees que hagamos un buen papel de padres?, ya sabes, con esto no quiero decir que nuestros amigos no lo sean, me parece admirable como controlan a sus hijos, en serio— rio un poco. —Además de todo ese amor desmedido que les proporcionan—
—Hmmm— ella debía pensar sus palabras con cuidado, estaban a punto de tener un tema serio, pero bastante adelantado al futuro. —No sé como es que nos vaya a ir con esto, es demasiado adelantado pensar en una cosa así, pero creo que, si ambos tenemos la intención de que las cosas salgan bien, lo haremos así— seguía acariciando su brazo.
Él volteó a verla de reojo sonriendo, estaba conduciendo y no era adecuado distraerse de tal modo que pudiera causar un percance o un accidente, ella embarazada, era algo que debía cuidar demasiado. —Creo que sí lo haremos bien—
Ella besó su mejilla sonriendo, lo amaba y aunque tenía mucho miedo, le daba emoción llegar al día esperado, el nacimiento.
—Te amo, Ross— apretó su brazo y se recargó en él.
—Te amo, Sel—
Octubre.
La semana veinticuatro de embarazo de Selena llegó, junto con un enorme e incómodo resfriado, el bebé había crecido más, al igual que el vientre de la futura madre, la pelinegra se sentía demasiado mal, con el padecimiento que experimenta diariamente y convive con él, los síntomas y malestares se duplicaban, su sistema inmunológico estaba algo debilitado por tal razón, eso tenía nervioso a Ross, quien estaba pegado al teléfono con la doctora y el especialista de su novia, tenía el conocimiento de que las cosas podían complicarse en su salud y la del bebé.
Selena estaba recostada en su cama con los peores malestares que había sentido, hace tanto tiempo que no le pasaba una cosa como esa, el dolor de cabeza era inimaginable, dejando de lado que la fiebre que estaba presentando debía ser controlada todo el tiempo, no iba a acabar bien si continuaba así, Gomez miraba como es que su novio estaba caminando de un lado a otro en la habitación, su cara denotaba genuino miedo, preocupación y estrés, ella lamentaba que le diera gripe, pero tampoco se esperaba que eso le sucediera, aunque era algo común, en su cuerpo las cosas no tornaban bien nunca con ese tema, le daba mucha pena que Ross estuviera así de nervioso debido a ella, aunque por otro lado, era adorable el hecho de que la estuviera cuidando tan bien.
Ross terminó la larga llamada con los doctores, le dijeron que mantuviera a la futura madre vigilada el máximo tiempo posible, estaba controlada, pero un resfriado en ella, con lupus y embarazada no podía terminar bien si no tenían las precauciones correctas, dejó su celular en la mesa de noche, que se ubicaba al lado de la enorme cama que han estado compartiendo a lo largo de su relación y ahora que viven juntos, él se sentó en la orilla de la cama, al lado de ella, observándola con preocupación, no quería asustarla, porque él se estaba haciendo cargo de todo y como buen loco que es, se aseguraría de que todo se encuentre en orden, vio de pies a cabeza a su novia, tratando de detectar si las cosas estaban tan mal o no, pero el simple hecho de verla postrada en la cama por una gripe común le daba miedo, tenía que admitirlo.
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Mi vicio
Fanfiction¿Existe el amor a primera vista, casualidad o todo es parte de una enorme estrategia del universo en la cual dos almas que sin saber que se estaban buscando por fin se encuentran?, Ross Travis, ex ala cerrada, jugador de futbol americano y la super...