CAPÍTULO 28 ¿Tía?

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Luego de la consulta médica, tomaron camino hacia la casa de la madre de Selena, ella ya los estaba esperando, tratando de ablandar la situación con Gracie, la señora Teefey pensaba las cosas, su hija embarazada, la palabra abuela era algo chocante, trataba de acostumbrarse a la idea, un poco por no sentirse vieja y otro tanto, preocupada por la salud de la pelinegra, ¿Cómo es que iba a lidiar con todas esas cosas que las embarazadas pasan, pero triplicadas por sus asuntos de salud?, ese iba a ser un gran y cansado trabajo, rogaba al cielo por que Ross soportara una cosa así, porque si la dejaba sola con toda la responsabilidad, sin duda iba a ser una acción que destrozaría a su hija, peor que lo hizo Bieber.

—Mamá, ¿Quién va a venir? — Gracie entró a la sala principal donde su madre colocaba algunas flores frescas para hacer la casa más acogedora para la llegada de su hija.

—Selena— puso agua en un florero.

—¡Bien!, no viene sola, ¿Cierto? —

—No, sabes que no— rio.

—Ok, supongo que viene a decirnos algo, ¿Verdad? —

—¿Cómo sabes eso? — alzó una ceja.

—Dah, mamá, estás arreglando la casa y cuando haces eso, es porque una noticia que sea impactante nos va a decir—

—Debo dejar de ser menos obvia— rio. —Sí, vendrá a decirnos algo—

—¿Puedo saber que es? —

—No, ahora no—

—Hmmm— frunció el ceño. —¿Se va a casar ya? —

Amanda rio. —No tengo idea de eso, realmente no creo que ahora lo haga—

—¿Por qué no?, la verdad es que veo muy convencida a mi hermana con Ross— hizo una mueca, le estaba costando dejar ir a su hermana mayor.

—Vaya Gracie, sacando conjeturas e investigando como toda una pequeña adulta— bromeó. —Lo que sea que venga a decirnos, tenemos que tomarlo del mejor modo, ¿Está bien?, no sabemos que es— mintió. —Pero, tenemos que apoyarla, ella nos necesitará siempre, a pesar de que no viva con nosotros—

—Lo sé mamá, yo sé que sí—


Fuera del hospital, en el estacionamiento, Selena se tocó el vientre, haciendo una cara rara, lo cual asustó a Ross, quien estaba todo el tiempo con los nervios de punta, ¿Así iba a ser todo el embarazo?, ¿Así son todos?, se volvería loco, tenía que ser honesto, no estaba mentalizado para realizar dicha aventura tan pronto, aunque no se negaba a la felicidad que le daba el saber que iba a ser padre en algunos meses y que a pesar de que no era el momento más oportuno para iniciar una familia, creía que todo saldría muy bien, tan solo debía estar atento y cuidar de Selena, odiaría que algo malo le pasara y al bebé.

—¿Te sientes bien?, lamento si te pregunto esto casi a cada hora o menos, pero de verdad no quiero que estés mal— Ross habló.

Ella lo abrazó. —Todo en orden, tan solo, creo que tengo un antojo—

Ross se relajó. —¿Qué se le antoja a mi bebé? — le tocó el vientre.

Eso hizo derretir a Selena, la faceta de Ross como novio era bastante ardiente y adorable, pero verlo como un futuro padre, le parecía interesante, eso dejaba ver muchas cosas, el buen padre que sería. —Tengo ganas de algo helado, ¿Podemos pasar por una paleta de hielo? —

—Buscaremos tu paleta— la besó. —Vamos— tomó su mano, guiándola a la entrada del auto, abrió la puerta y verificó que no se le complicara nada al subir, luego de que ella entró, hizo lo mismo y emprenderían el viaje por su paleta y posteriormente a la casa de su madre.

Mi vicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora