El amor es el sentimiento más grande que una persona puede experimentar, pero para Jungkook esa palabra es la mentira más grande del mundo, ya que para él, el amor no existe, por lo que solo piensa en divertirse y jugar, darse un festín con cualqui...
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Todas las personas que estaban en la terapia se sorprendieron al escuchar esa confesión, pero sobre todo las mujeres veían a Jungkook con odio, a excepción de la doctora que anotaba todo lo que el azabache decía en su pequeña libreta.
–Yo sé que fui un infeliz –seguía con la cabeza gacha, –pero en ese momento no me importaba nada, además mi relación con Tae empezó como un juego, como una apuesta, porque yo siempre he apostado con un amigo quien se lleva a la cama a cualquier persona que nos guste.
La gente ya no podía controlar su coraje, había personas realmente indignadas, muchos querían decirle que a parte de un infeliz era un desgraciado, pero nadie se animaba hacerlo, hasta que una de las chicas que estaba ahí habló totalmente enojada.
–Yo no sé como le permiten la entrada a gente como él, este tipo de hombres no cambia, siempre va a ser la misma persona despreciable que ha sido hasta ahora..
–Por favor –interrumpió la doctora, –aquí no estamos para criticar a nadie porque..
–Perdón doctora, pero este hombre es una basura, pobre chico que le tocó soportar tantas humillaciones, no me imagino en que estado estará luego de conocer a..
-Bueno ya, -se levantó el azabache, -yo no vine aquí para escuchar críticas, y tampoco tengo porque aguantar los insultos de nadie. -Sin decir más caminó furioso hacia su habitación, sintiendo como sus lágrimas caían, porque en el fondo sabia que todo lo que esa chica le dijo es verdad.
–Señores les voy a decir algo –habló la doctora seria, –todos los que están aquí es porque necesitan ayuda, y porque quieren y desean cambiar, así que no acepto ninguna crítica o insulto hacia ninguno de sus compañeros, ustedes saben que todos tienen una historia, así que les pido respeto para todas esas historias, ahora retírense, la terapia finalizó, retomamos mañana.
Emma vio como se alejaban todos sus pacientes, se sentía triste por Jungkook, pues a pesar de todo lo malo que haya hecho, ella creía que si realmente el azabache quería cambiar, entonces merecía una nueva oportunidad, por lo que sin pensar más caminó hacia la habitación de su paciente, tocó la puerta varias veces y luego de varios intentos, Jungkook le abrió sorprendiéndose al verla entrar.
–Espero que estés más calmado –lo miró con una pequeña sonrisa.
–No, porque esa mujer no tiene derecho a opinar sobre mi vida, ya tengo suficiente con mis propios reclamos.
–Mira Jungkook siempre va existir gente que nos critique, por lo que sea, así seas la persona más buena del mundo, igual vas a recibir críticas, pero solo tú decides si te dejas afectar por esas críticas.
–¿Entonces que? –se acercó a ella, –tengo que soportar siempre que la gente hable de mi por los errores que cometí en el pasado. Yo no quiero que nadie se meta en mi vida.
