Capítulo 3: El efecto mariposa

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Satoru se destacaba en la escuela primaria Himawari, no solo por su carisma y extroversión, sino también por su inigualable desempeño. A sus 10 años, ya había alcanzado un nivel de habilidad que dejaba perplejos a sus compañeros y maestros por igual. Sin embargo, a pesar de su popularidad, Satoru se sentía distante de los demás. A medida que su poder crecía, también lo hacía su sensación de soledad. Nadie parecía comprenderlo realmente, y él no confiaba lo suficiente en nadie como para considerarlo un amigo verdadero.

Con ayuda de su conocimiento avanzado en matemáticas, Satoru tenía la capacidad de dividir los números infinitamente para que la distancia entre él y sus enemigos nunca llegase a cero. En pocas palabras, nada lo tocaría a menos que él lo permitiera. Esta es la técnica ritual del Infinito que solamente el portador de los seis ojos podrá dominar. Esta habilidad, aunque impresionante, solo sirvió para aumentar su sensación de aislamiento. Ser el más fuerte significaba estar solo, y Satoru lo comprendió demasiado bien a una edad temprana. Satoru no se sentía comprendido por nadie y él tampoco podía comprender a los demás. No entendía por qué todos eran tan débiles y no se podían valer por si mismos. No entendía porque en lugar de sentirse humano, se sentía como un arma. Quizá en un futuro, como adulto, podría llegar aceptar esta situación, pero en la actualidad Satoru se sentía muy confundido al respecto.

A pesar de haber crecido junto a Akari, Satoru comenzó a alejarse de ella a medida que pasaban los años. La falta de progreso en su energía maldita y la percepción de Satoru de que ella nunca podría entenderlo como igual contribuyeron a esta separación. Aunque conservaba un afecto por ella, ya no la veía como una posible amiga. Los ojos inusuales de Akari, que alguna vez parecieron prometedores, ahora solo la marcaban como una niña común en su mente, incapaz de entender la carga de poder y soledad que Satoru llevaba consigo. Akari solo era la niña de los ojos bonitos con la que creció. Nada más que eso.

Akari por su lado llevaba meses sintiéndose confundida por la creciente distancia que Satoru había impuesto entre ellos. Desde hacía un año, Satoru se había vuelto cada vez más frío y distante, dejando de enviar cartas o llamar por teléfono. Akari se preguntaba constantemente si había hecho algo mal para merecer ese trato.

El viernes 11 de febrero, mientras disfrutaban del almuerzo en el amplio patio de la escuela primaria Asahi, Akari y su amiga Hana charlaban bajo la sombra de un alto árbol de sakura, aún desprovisto de sus flores primaverales.

"Los niños son tan raros", comentó Hana con un destello travieso en los ojos. "Tal vez ese tal Gojo te está evitando porque le gustas. Mi papá dice que a veces los niños actúan así cuando les gusta alguien. Kazuki no dejaba en paz a Miyoshi durante todo el año, ¡y luego le confesó sus sentimientos en el día blanco!"

Akari se sonrojó ante la idea. "¡No puede ser eso!... Bueno, al menos no creo", respondió con timidez. "Debe ser algo más complicado".

"Pero admites que te gusta Gojo, ¿no?" preguntó Hana con una sonrisa juguetona.

"¡No es verdad!" respondió Akari, desviando la mirada con nerviosismo. "Es un... es un arrogante sin remedio".

"Claro, claro, Akari-chan. Pero recuerda que soy tu amiga, ¡puedes confiarme tus secretos!" exclamó Hana, dándole unas palmaditas en el hombro. "¿Quién sabe? Tal vez este año deberías darle unos chocolates en San Valentín para averiguar si su frialdad es porque le gustas o si es solo un tonto".

"¡¿Estás loca?! ¡Ni siquiera lo estoy considerando!" protestó Akari, con las mejillas encendidas por la vergüenza. "Eres toda una romántica sin remedio. Te cuento un drama familiar y lo transformas en un dorama".

Hana estalló en risas. "Solo te lo digo como amiga. Pero admitámoslo, Akari-chan, estás claramente enamorada de ese niño. Llevas semanas hablando de él sin parar. Así que, hazte un favor a ti misma y dale unos chocolates baratos este 14 de febrero. Si te rechaza, al menos sabrás que no vale la pena y dejarás de preguntarte si es tu culpa".

Ecos del Pasado, Destinos Futuros - Satoru Gojo x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora