Capítulo 70: Un Nuevo Comienzo

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Habían pasado seis meses desde la intensa batalla contra el rey de las maldiciones, y la sociedad estaba en proceso de recuperación. El evento había dejado una profunda marca, incrementando los sentimientos negativos y el estrés entre las personas, lo que a su vez había causado un aumento considerable en el número de maldiciones. Sin embargo, la conciencia pública sobre la existencia de maldiciones había llevado a la implementación de programas diseñados para enseñar a los individuos a controlar su energía maldita.

En las calles de Tokyo y Kyoto, grandes carteles anunciaban estos programas educativos. En los parques y centros comunitarios, grandes grupos de personas se reunían para aprender técnicas básicas de control de energía maldita, guiados por hechiceros y estudiantes de hechicería. Lentamente, el número de maldiciones comenzó a disminuir gracias a estos esfuerzos.

En la escuela de hechicería metropolitana de Tokyo, los cambios eran palpables. Por primera vez, los alumnos de segundo y tercer año tenían la obligación de realizar servicio social los domingos y los martes, ofreciendo pequeños cursos a los no hechiceros sobre cómo funcionan las maldiciones y cómo controlar la energía maldita. Este servicio social se convirtió en una parte fundamental de su formación, integrándolos más profundamente en la sociedad que ahora comenzaba a aceptar y entender la existencia de las maldiciones y la hechicería.

La consecuencia más notable de hacer pública la información sobre la hechicería fue el aumento en el número de alumnos. Los últimos alumnos de Satoru Gojo pasaban a segundo año, y la escuela se llenaba de nuevas caras. La lista de alumnos de nuevo ingreso para primer año creció exponencialmente, pasando de un promedio de tres o cuatro alumnos por grado a un impresionante promedio de veinticinco alumnos.

El campus de la escuela estaba lleno de actividad. Los pasillos, que antes parecían espaciosos y tranquilos, ahora estaban llenos de estudiantes conversando animadamente, intercambiando historias y conocimientos. Las aulas, diseñadas para pequeños grupos, ahora tenían que acomodar clases más grandes, y los profesores estaban más ocupados que nunca.

Satoru Gojo se paseaba por los pasillos, su figura imponente pero accesible era una fuente de inspiración y respeto para los estudiantes. Llevaba su habitual uniforme negro, pero ahora con una actitud más relajada, aunque no menos atenta. Sus ojos, ocultos tras sus lentes oscuros, observaban a los nuevos alumnos con una mezcla de orgullo y responsabilidad.

En una de las aulas, Yuji Itadori, Nobara Kugisaki, y Megumi Fushiguro estaban en medio de una charla animada con un grupo de nuevos estudiantes. "Entonces, la clave es mantener la calma y no dejar que tus emociones te controlen", decía Yuji, mientras Nobara asentía con entusiasmo.

En otra parte del campus, Maki Zenin y Toge Inumaki estaban demostrando técnicas de combate cuerpo a cuerpo a un grupo de jóvenes hechiceros que miraban con admiración y respeto. "Recuerden, la fuerza no lo es todo. La técnica y la estrategia son igualmente importantes", explicaba Maki, mientras Toge añadía con una palabra: "Salmón", haciendo que todos rieran.

En el centro del campus, un gran tablero de anuncios estaba lleno de notas y avisos sobre las próximas clases, actividades extracurriculares y servicios sociales. Los estudiantes se congregaban alrededor, revisando los horarios y discutiendo sobre los nuevos cursos y talleres.

Satoru se detuvo un momento para observar el bullicio a su alrededor. Aunque el incremento en el número de alumnos significaba más trabajo, también era una señal de esperanza y progreso. La hechicería ya no era un secreto oscuro, sino una parte reconocida y respetada de la sociedad. Los nuevos alumnos traían consigo una energía fresca y un entusiasmo contagioso, dispuestos a aprender y a hacer una diferencia en el mundo.

"¿Disfrutando tu nuevo puesto como el alto mando?", Shoko apareció sonriendo entre los pasillos con Suguru a su lado.

Suguru se veía cansado y llevaba una sudadera negra con capucha, sus ojos mostraban signos de fatiga, y su cabello, ahora más corto, apenas llegaba por encima de los hombros, desordenado pero limpio. Sus rasgos, aunque más serenos, seguían llevando una carga de melancolía y arrepentimiento.

Ecos del Pasado, Destinos Futuros - Satoru Gojo x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora