Ecos del Pasado, Destinos Futuros - Satoru Gojo x Tú

Capítulo 64: La Promesa Silenciosa

¡¡SPOILER ALERT!!

Este capítulo tiene spoilers hasta el capítulo 262 del manga de Jujutsu Kaisen.

Disculpen las molestias.

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El 7 de diciembre, la escuela de hechicería estaba en un estado de fervor constante. Todos se preparaban para la batalla que determinaría el destino del mundo, la batalla del 24 de diciembre entre Satoru Gojo y Sukuna. El aire estaba cargado de tensión y determinación, y aunque todos confiaban en Satoru, se preparaban para cualquier eventualidad en caso de que perdiera.

Satoru caminaba por los pasillos de la escuela, observando a sus alumnos entrenar con una intensidad que nunca antes había visto. Cada golpe, cada movimiento, estaba impregnado de una seriedad que reflejaba la magnitud de lo que estaba en juego. Los pasillos, normalmente llenos de risas y conversaciones, estaban ahora dominados por el sonido rítmico de los entrenamientos, el choque de armas, y los gritos de esfuerzo y concentración.

Mientras avanzaba, vio a Maki Zenin, su lanza roja girando con precisión letal, cada movimiento una declaración de su determinación. Toge Inumaki, con su rostro serio, murmuraba palabras de control mientras practicaba su Técnica de Discurso Maldito. Yuji, usualmente alegre y despreocupado, tenía una expresión de concentración y seriedad que Satoru rara vez había visto.

A pesar de todo, Satoru se sentía más solo que nunca. Siempre había sabido que lo veían como un arma, como el hechicero más fuerte que los protegería de cualquier amenaza. Pero ahora, ese sentimiento de aislamiento era abrumador. Era como si una barrera invisible lo separara del resto del mundo, una barrera hecha de expectativas y responsabilidades imposibles de eludir.

Uno de los planes más controvertidos que se habían discutido involucraba a Yuta Okkotsu y la posibilidad de profanar su cuerpo si Satoru perdía. La verdad a Satoru no le interesaba que hicieran con su cuerpo si moría, incluso si no pensaba perder. Pero lo hacía sentir muy molesto el hecho de solamente Yuta hubiese pensado en él mientras repasaban aquel plan. Solamente Yuta le preguntó si estaba de acuerdo. El resto ni siquiera se le pasó por la cabeza preguntarle cómo se sentía.

Era lógico. El hechicero más fuerte, que siempre lleva el peso del mundo sobre sus hombros. Una figura paterna para los chicos que se preparaban para arriesgar su vida. La imagen tan poderosa que se había creado de Satoru Gojo, no combinaba con la autocompasion. Estaba claro que lo importante era su poder, su fuerza y su corazón quedaba en segundo plano.

Solo dos personas vieron a través de su fachada y lo miraron como lo que realmente era: Un ser humano. Y una de esas personas estaba muerta. La otra estaba sellada en la puerta de Kuroi.

Satoru salió al patio, sus pensamientos pesados y oscuros mientras caminaba por los terrenos de la escuela. El cielo estaba nublado, reflejando su estado de ánimo. Mientras avanzaba, se topó con Shoko, quien estaba parada cerca de un árbol, fumando. Había dejado de fumar cinco años atrás, pero esta situación la superaba. La presión y el estrés de la batalla inminente habían hecho que recayera en ese hábito destructivo.

El humo se arremolinaba alrededor de Shoko, quien miraba al horizonte con una expresión ausente. Llevaba una bata de laboratorio, ligeramente arrugada, y su cabello estaba desordenado, reflejando el caos interno que sentía. Al notar la presencia de Satoru, levantó la vista y lo saludó con un gesto de la mano y una leve sonrisa, aunque se notaba que estaba forzada.

Satoru sintió una oleada de molestia al verla. Pensó que al menos le quedaba ella, pero ni siquiera Shoko se había acercado. Al parecer, estaba completamente dispuesta a hacer la operación del cambio de cuerpo. Le molestaba pensar que incluso si en ese momento se acercase a ella y le dijera: "Me haría sentir muy incómodo que usen mi cuerpo de la misma manera que a mi mejor amigo muerto, por favor no lo hagan"; incluso si le dijera algo así, ella seguiría dispuesta a proceder con el plan.