Capítulo 53: Más Allá de las Dudas

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Daichi se había convertido en una bestia de la hechicería a los pocos días. Satoru observaba su entrenamiento desde la distancia, notando el aumento en su energía maldita. Sus llamas verdosas se extendían por todo el campo en una llamarada potente y llena de ira y dolor.

El campo de entrenamiento estaba iluminado por la intensidad de las llamas de Daichi. Las chispas verdes danzaban en el aire, creando un espectáculo tanto impresionante como aterrador. Satoru podía sentir la energía maldita vibrando en el aire, una manifestación física del tormento interno de Daichi.

Los hechiceros que son gemelos a veces dividen su poder entre ellos. Al morir Keiko, todo había regresado a Daichi. Este fenómeno había causado un cambio dramático en él, elevándolo fácilmente a la segunda categoría. Su fuerza había crecido exponencialmente, pero también lo había hecho su dolor.

Satoru reflexionaba sobre esto mientras observaba. Podía ver cómo cada movimiento de Daichi estaba cargado de una mezcla de ira y tristeza. Sus golpes eran precisos y devastadores, pero también desesperados. La energía maldita se manifestaba de manera caótica, reflejando el estado emocional del joven hechicero.

Finalmente, Satoru se levantó para detener el entrenamiento. Podía ver que, aunque Daichi estaba físicamente más fuerte, emocionalmente estaba al borde del colapso. Cada golpe que lanzaba, cada llamara verde que se extendía, lo acercaba más a un punto de quiebre.

"Daichi, detente" Satoru llamó con firmeza, su voz resonando en el campo de entrenamiento.

Daichi, envuelto en sus llamas, no pareció escuchar al principio. Sus ojos estaban fijos en un punto distante, llenos de lágrimas. Con cada golpe, parecía estar luchando contra algo invisible, algo que solo él podía ver.

Satoru se acercó rápidamente, su presencia imponente y segura. "Basta" repitió, esta vez con más urgencia.

Las llamas de Daichi vacilaron por un momento antes de extinguirse abruptamente. El joven hechicero se quedó quieto, respirando pesadamente, sus puños aún cerrados con fuerza. Lentamente, sus ojos se llenaron de lágrimas, y su cuerpo comenzó a temblar.

"Sensei... no puedo... no puedo soportarlo," murmuró Daichi, su voz quebrada por la emoción.

Satoru se acercó y puso una mano en el hombro de Daichi, tratando de ofrecerle algo de consuelo. "Daichi, has pasado por mucho. Nadie espera que lo hagas todo solo."

Daichi cerró los ojos, las lágrimas finalmente corriendo por sus mejillas. "Keiko... todo su poder... todo su dolor... está dentro de mí. No sé cómo manejarlo."

Satoru asintió, comprendiendo el peso de lo que Daichi estaba diciendo. "Es normal sentirte así. Pero recuerda, no estás solo. Estoy aquí para ayudarte."

Daichi sollozó, dejándose caer de rodillas, su cuerpo sacudido por el llanto. Satoru se arrodilló a su lado, manteniendo su mano en el hombro de Daichi, una presencia firme y reconfortante en medio del caos emocional.

"Sensei... la extraño tanto," dijo Daichi entre sollozos.

Satoru lo miró con compasión. "Lo sé, Daichi. Todos la extrañamos. Pero debemos honrar su memoria viviendo nuestras vidas de la mejor manera posible. Ella querría que siguieras adelante, que fueras fuerte."

Daichi asintió lentamente, aunque el dolor en sus ojos seguía siendo evidente. "Lo intentaré, sensei. Haré todo lo posible para ser fuerte."

Satoru le dio un apretón en el hombro. "Eso es todo lo que podemos hacer, Daichi. Dar lo mejor de nosotros cada día. Y recuerda, siempre estaré aquí para apoyarte."

Ecos del Pasado, Destinos Futuros - Satoru Gojo x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora