Capítulo 12: Vestido para la Batalla

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Generalmente, Akari podía eliminar fácilmente a sus enemigos, pero finalmente Satoru había descubierto su punto débil. Si el sello no acertaba, no había mucho que pudiera hacer. Enfrentaba a una maldición recientemente formada a partir de un hechicero llamado Kaito Tanaka, cuya técnica ritual le permitía esquivar ataques con una agilidad sobrenatural. Kaito no estaba asociado con la escuela de hechicería y su fallecimiento había sido causado por una herida de gravedad. Al ser asesinado sin energía maldita, sus probabilidades de convertirse en un espíritu maldito habían aumentado en un 90%.

La maldición de Kaito era imponente, una figura oscura y amorfa con ojos brillantes y penetrantes. Sus movimientos eran rápidos e impredecibles, y cada vez que Akari intentaba golpearlo con uno de sus sellos, la maldición se desvanecía y reaparecía en otro lugar, burlándose de ella.

Akari estaba cansada, el sudor le corría por la frente mientras intentaba mantener su concentración. Si seguía utilizando sus sellos de esa manera, su energía maldita se agotaría rápidamente. Sin embargo, se negaba a aceptar la ayuda de Satoru, quien la observaba desde el segundo piso del centro comercial en el que se encontraban.

"¡Tú puedes, mocosa!" gritó Satoru con una sonrisa, recargado en un barandal. Su tono burlón hacía que Akari apretara los dientes con frustración.

"¡Oh cállate!" respondió Akari sonriendo, lanzando otro sello que, una vez más, falló al golpear la maldición. "¡Si no vas a ayudar, al menos no estorbes!"

La maldición de Kaito se lanzó hacia ella con velocidad, y Akari apenas logró esquivarlo. Sus piernas temblaban por el esfuerzo, pero no iba a rendirse. Se concentró y formó otro sello, pero antes de que pudiera lanzarlo, la maldición se desvaneció y reapareció detrás de ella, golpeándola con una fuerza tremenda.

Akari cayó al suelo, jadeando y sintiendo que sus fuerzas la abandonaban. "Maldita sea..."

"¿Ya te rindes?" preguntó Satoru, su tono ahora más serio.

"¡Nunca!" Akari se levantó con dificultad, decidida a intentarlo una vez más. Pero la maldición no le dio tiempo, lanzándose sobre ella con intención de acabarla.

Satoru se movió rápidamente, apareciendo frente a Akari en un instante y activando su técnica ritual del Infinito. La maldición chocó contra una barrera invisible y fue repelida con fuerza.

"Quédate atrás, Bubble tea!" ordenó Satoru. "Déjamelo a mí."

Akari, exhausta, no tuvo más remedio que retroceder. Observó cómo Satoru enfrentaba a la maldición con una precisión y poder abrumadores.

"Azul", dijo Satoru con calma mientras posicionaba su mano derecha hacia el frente, apuntando hacia el espíritu maldito.

Una onda azulada que absorbía todo a su paso, se estrelló contra la maldición, que no pudo escapar de la onda gravitatoria del ataque. En cuestión de segundos, la maldición de Kaito fue destruida, disolviéndose en el aire.

Satoru se volvió hacia Akari, extendiéndole una mano para ayudarla a levantarse. "¿Estás bien?"

"Sí, estoy bien," respondió ella, aceptando su mano con reluctancia. Mientras se levantaba, algo cayó al suelo y resonó con un pequeño tintineo.

Satoru recogió el anillo del suelo, sus ojos se ampliaron al darse cuenta de lo que era. "¿Esto es...?"

Akari se sonrojó intensamente, sintiendo una ola de incomodidad y sorpresa. a Satoru casi se le caían los lentes de sol. Se puso rojo también y tosió un poco, devolviéndole el anillo con torpeza. "Aquí tienes."

Ecos del Pasado, Destinos Futuros - Satoru Gojo x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora