Akari sintió un escalofrío recorrer su espalda, sus ojos se encontraron con los de Satoru y por un momento, el mundo exterior, ahora cubierto en un manto invernal, desapareció. La nieve caía suavemente afuera, creando un ambiente mágico y sereno, pero todo lo que importaba en ese instante eran ellos dos, inmersos en su propio universo.
Satoru se inclinó lentamente, sus labios rozaron los de Akari con una suavidad que la hizo temblar. El beso fue tierno al principio, una declaración de amor y compromiso, pero pronto se volvió más profundo y apasionado, reflejando la intensidad de sus sentimientos. Las manos de Satoru en su cintura la mantenían cerca, mientras que una mano subió para acariciar suavemente su mejilla.
Akari, aunque nerviosa, correspondió al beso, sintiendo cómo sus corazones latían al unísono. Sin embargo, la intensidad del momento la abrumó y se separó ligeramente, sus labios todavía rozando los de él, su respiración acelerada.
"Esto es... demasiado," murmuró Akari, sus ojos reflejaban una mezcla de deseo y timidez.
Satoru no la dejó alejarse mucho, sus brazos la rodearon con más fuerza, sosteniéndola firmemente pero con ternura. "No tienes que tener miedo," susurró, su voz era reconfortante.
Akari respiró profundamente, tratando de calmarse. La sensación de estar tan cerca de Satoru, sentir su calidez y la fuerza de sus emociones, la hizo sentirse segura. Lentamente, levantó la mirada y vio la sinceridad en sus ojos.
"No estoy acostumbrada a esto," confesó Akari, su voz era un susurro tembloroso. "Estar tan cerca de alguien, dejarme llevar..."
Satoru sonrió, una sonrisa que reflejaba comprensión y paciencia. "No hay prisa."
Akari sintió que su corazón se derretía ante sus palabras. Asintió, sus manos se aferraron a los hombros de Satoru mientras sentía una oleada de emociones que la envolvían.
Satoru se inclinó una vez más, sus labios encontraron los de Akari en un beso lleno de ternura. Esta vez, Akari se dejó llevar, cerrando los ojos y permitiéndose disfrutar del momento. Sus cuerpos se movieron en perfecta sincronía, cada caricia y cada suspiro eran una confirmación de confianza. Mientras la nevada continuaba afuera, bajando la temperatura de los jardines, dentro el ambiente era cada vez más acogedor y cálido.
Ambos se separaron lentamente. Las mejillas de Satoru estaban sonrojadas, pero su sonrisa era suave y tranquilizadora. Akari sentía que su corazón se derretía con su mirada. Aquellos ojos azules que reflejaban un cielo infinito la envolvían. No siempre se permitía sentirse así de vulnerable. No siempre se permitía ser sincera con él o con sus propios sentimientos, pero ahora nada de eso importaba. Ni el orgullo, ni el pasado, ni el futuro. Solo el presente.
Satoru sintiendo la intensidad de la situación, respiró antes de hacer una pregunta necesaria. "Akari... Tengo que hacerte una pregunta. Sé que puede ser muy pronto, pues nuestra relación es joven, a pesar de conocernos desde que somos muy pequeños. Pero creo que no somos unos niños jugando a la casita, así que... Creo que sería importante preguntar..."
Akari lo miró con curiosidad y un poco de nerviosismo. "¿Qué sucede?".
Satoru acarició la mejilla de Akari suavemente mientras la miraba a los ojos. Sus mejillas cada vez más sonrojadas delataron su nerviosismo a pesar de su mirada tranquila. "¿Tienes experiencia en tu vida sexual?".
Akari se mordió el labio para ahogar un suspiro de sorpresa y negó con la cabeza rápidamente. Mientras sentía sus orejas arder. Ni siquiera había tenido experiencia romántica antes. "Y... ¿Y tú?", preguntó.
Satoru asintió con suavidad. "Si".
"Y-ya...", Akari bajó la mirada sintiéndose presionada. Supuso que era de esperarse que alguien tan atractivo no llegase a los 20 virgen. Esperaba de todo corazón que su edad y su inexperiencia no fuesen un problema para él.
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Ecos del Pasado, Destinos Futuros - Satoru Gojo x Tú
Fiksi PenggemarSatoru Gojo x Tú "La Sinfonía de la Rivalidad" --Enemies to lovers-- Matrimonio arreglado-- Alumna x Maestro-- El clan Kurayami y el clan Gojo forjaron una alianza centenaria. Cuando nacieron dos niños destinados a unir sus lazos, su destino quedó s...