Capítulo 34: En el bosque de los suicidios

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Akari salió de su dormitorio a las 4 de la mañana, moviéndose con sigilo para no despertar a nadie. Había decidido no correr ningún riesgo; sabía que Satoru tenía ojos en todas partes y una mochila de camping era muy difícil de ocultar. Llevaba una chaqueta resistente al agua de color Amarilla sobre una camiseta de manga larga negra y pantalones de senderismo oscuros. Sus botas estaban ligeramente embarradas por el recorrido, y su mochila colgaba cómodamente de sus hombros.

Akari decidió no pedirle a nadie que la llevara a la parada de autobuses, pues generalmente esas cosas quedan en los registros. En su lugar pidió un taxi para que la esperara a una cuadra de la escuela. Como el colegio de hechicería estaba un poco retirado, el taxista le cobró un extra y se quejó por el horario tan temprano. Era un pequeño precio a pagar por evitar encontrarse con Satoru y que él le impidiera partir.

Cuando finalmente llegaron a la parada de autobuses, el cielo comenzaba a clarear, tintando el horizonte con tonos anaranjados y rosados. Subió al autobús, encontrando un asiento junto a la ventana. El trayecto hacia el bosque de Aokigahara sería largo, entre tres y cuatro horas. Había una diferencia muy grande con los trenes bala, que te pueden dejar en Akita en el mismo tiempo. Akari miró por la ventana mientras el autobús se ponía en marcha, observando cómo el paisaje urbano se transformaba lentamente en áreas más rurales y luego en vastos campos y colinas.

A medida que avanzaban, el paisaje se volvía más agreste. Los árboles altos y densos formaban un techo natural sobre la carretera, bloqueando gran parte de la luz del sol. El verde oscuro del bosque parecía casi abrumador, y Akari no podía evitar sentir una punzada de aprensión. Era una hechicera poderosa y se sabía defender, pero como miembro del clan Kurayami y heredera de los ojos Inshi-me, Akari sabía que había más seres además de las maldiciones y los bosques generalmente estaban repletos de poder divino por una razón.

El autobús finalmente se detuvo en una pequeña estación en el borde del bosque de Aokigahara. Akari bajó, ajustando su mochila y respirando profundamente. El aire aquí era fresco y limpio, pero había una sensación de pesadez, como si el mismo bosque guardara secretos oscuros y antiguos.

Observó su alrededor, viendo pocos turistas y excursionistas, cada uno ocupado en sus propios preparativos. A lo lejos, el bosque se alzaba imponente y misterioso, sus sombras danzando con el movimiento de las hojas. Akari sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero también una determinación creciente. Tenía que encontrar a Suguru y hablar con él, descubrir la verdad por sí misma.

Con pasos firmes, comenzó a caminar hacia la entrada del bosque, siguiendo las señales y caminos marcados. A cada paso, sentía cómo la energía del lugar se volvía más intensa. Malas energías, ecos de sufrimiento y desesperación, pero también destellos de poder divino, escondidos en los rincones más profundos del bosque.

El sol estaba ya alto cuando Akari se adentró en el bosque, el silencio solo roto por el crujido de las hojas bajo sus pies y el susurro del viento entre los árboles. Sabía que este lugar era más que un simple bosque, y estaba lista para enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

Mientras caminaba, su mente repasaba las palabras de Satoru. ¿Estaba haciendo lo correcto? ¿Podría realmente confiar en Suguru? No tenía todas las respuestas, pero estaba decidida a encontrarlas. Con cada paso, Akari se adentraba más en el corazón oscuro y misterioso de Aokigahara, preparada para lo que fuera que el destino le tuviera reservado.

Sin embargo, no estaba preparada para la horrible sensación que tenía de que estaba siendo observada. Akari continuó caminando, sus pensamientos divididos entre la determinación de encontrar respuestas y la creciente sensación de ser seguida. Cada paso hacía que su corazón latiera con fuerza pero cada vez que volteaba hacia atrás, no encontraba nada inusual. Aunque intentaba mantenerse firme, sus manos temblaban ligeramente mientras avanzaba.

Ecos del Pasado, Destinos Futuros - Satoru Gojo x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora