Patchpaw miraba los calidos rayos del sol que se colaban entre los tejidos de juncos con aburrimiento. Una de sus patas presionaba perezosamente una hoja contra el suelo y luego la soltaba, y lo repetía cientos de veces.
Habían pasado unos dias desde que la batalla se había llevado a cabo, unos dias desde su confinamiento por la heridas causadas durante la pelea. No se le permitía entrenar por supuesto, pero Echosnout tampoco quería que salga demasiado para tener su pata controlada.
Sentía que habían pasado lunas desde que había salido a saborear la brisa fresca.
Podía escuchar las voces de sus compañeros que compartían lenguas animadamente, y los apresurados pisoteos yendo de aqui para alla. Quería estar ahí, allí afuera con sus hermanos, pero debía quedarse en la aburrida guarida de los curanderos.
Soltó un suspiro con pesar.
—¡Oh ya basta, por el amor al Clan Estelar!—exclamó Echosnout dirigiéndose a él.
Si no fuera por su herida Patchpaw probablemente había saltado del nido por la sorpresa de oir la voz de la gata.
La vio acercarse con una notable irritación, cerró los ojos esperando el regañó que le esperaba pero en vez de eso sintió hojas suaves golpear con rudeza su cara.
—¿Quieres hacer algo? ¡Pues ahí tienes!
Patchpaw se miro las patas donde habían caído las plantas. Eran un montón de hojas y flores diferentes. Levantó la mirada para ver a Echosnout con confusión, era cierto que estaba muy desanimado pero no se imaginó que estaría fastidiando tanto como para que lo pusieran a hacer algo tan ridículo como…como algo que ni siquiera sabía que era.
La curandera notó su confusión y volteó a mirarlo con incredulidad, como si haberle lanzado hierbas a la cara hubiera sido la conversación mas racional que hubieran tenido y él ya tendría que saber que hacer y decir.
—Organiza las hierbas.—ordenó mientras ella se dana vuelta para irse a un rincón a hacer ese mismo trabajo.
El joven miro atentó como las patas blancas empujaban con suavidad unas semillas hacia un lado, luego otras semillas hacia el otro, una hoja al borde, un petalo al otro. Se sintió mareado.
Miro nuevamente el montón de hierbas, pero no pudo hacer mas que juntarlas a todas juntas en un pequeño montón.
Él no era curandero, no sabía como diferenciar esas plantas iguales.
De pronto, notó algo. Tuvo ganas de darse un zarpazo de lo tonto que se sentía en ese momento. Había hojas redondas y otras puntiagudas muy faciles de diferenciar, y ni hablar de las flores, ¡Eran todas distintas! Sus colores, sus petalos, los tallos, ¡Todo!
Echosnout se había enojado pero al mismo tiempo le había dado todas las plantas mas faciles de diferenciar.
Con prisa empezó a juntar las plantas iguales en montoncitos pequeños.
—¿Que estas haciendo?—preguntó una voz a sus espaldas.
Rápidamente se giró hacia la voz. Sus ojos se iluminaron con entusiasmo al ver las figuras de sus hermanos.
Petalpaw tenía un enorme pez entre sus mandibulas, plateado y gordo. Se le hizo la boca agua al verlo.
Se apresuró a pararse del nido, y se inclinó hacía adelanté listo para acercarse a sus hermanos pero tan pronto como apoyó sus patas en el suelo cayó de costado aplastando una pequeña pila de hojas de malva.
Sintio un escalofrío. Miro con pánico detras de él, como era de esperarse, Echosnout estaba con una mirada poco amigable dirigida a él, pensó que se acercaría a gritarle por haber arruinado sus preciosas hierbas pero al contrario de lo que pensó la gata inhaló aire muy fuerte y la soltó con furia volviéndose hacia un sendero dentro de la guarida para poder calmarse.
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Patchstalker's Heartbreak // Los Gatos Guerrero AU
FanfictionLuego de ser descubierta sobre su relación secreta con un gato del Clan del Rio, y que sus hijos eran mestizos, Mapleshade es expulsada del Clan del Trueno junto a sus pequeños. Larchkit, Patchkit y Petalkit saben que ya no son bienvenidos, saben qu...