Capitulo 17

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Patchpaw corrió atraves de los juncos que parecían cerrarse casa vez mas con cada paso que daba. Se estremeció cuando uno de los tallos creció detenidamente golpeando cruelmente su hocico. Rápidamente se volvió hacía la dirección contraria si dejar de correr, sentía una molestia punzante en su pata trasera que solo se activó cuando paro su carrera, si paraba seguirá molestando. Corrió y corrió. Esquivaba con precisión cada una de las piedras y posos que se interponían en su camino, pero de pronto sus zarpas se sintieron mojadas, miró abajo queriendo comprobar si realmente estaba en alguna rivera tapada por los juncos, pero no era asi.

Todo los juncos cayeron en pequeños trozos al agua, revelando la gran formación de rocas planas que eran las Rocas Soleadas y allí fue cuando paro de correr por el miedo que le implantaba el estar frente a esa frontera.

Quiso mirar hacia todos lados en busca de algún gato enemigo que podría herirlo, pero, su pata trasera empezó a quemarle tanto que quería arrancarsela. Cayó al agua, esperando hundirse pero estaba en una zona poco profunda donde apenas se cubría parte de su ojo. Abrió la boca, intentando gritar pero ningún sonido salió.

De repente horripilantes graznidos empezaron a escucharse a lo lejos. El corazón del pobre aprendiz empezó a latir cada vez mas rapido hasta que pudo alterar la vibración del agua a sus costados. Cuervos negros volaban hacia él con un aleteo espeluznante.

Quería gritarles que se vayan, pero no pudo y estos aterrizaron al rededor de su cuerpo para empezar a picotear, clavando sus picos en su carne furiosamente. Otro grupo de cuervos empezó a volar hacia donde estaba, estos no bajaron pero empezaron a volar a su alrededor clavando sus ojos completamente negros en él.

«No estoy muerto, no estoy muerto, no estoy muerto» se repetía una y otra vez. Un cuervo saltó hasta quedar frente a suyo, y se fue acercando casi chocando sus cuencas negras. Patchpaw sentía que lo atravesaba. «NO ESTOY MUERTO»

—¡BASTA!

Una fuerte sacudida golpeó su cuerpo, casi como un espasmo.

Patchpaw parpadeó al abrir los ojos, miró hacia todos lados con locura y empezó a jadear.

—¡Basta Patchpaw basta!—gritó una voz cerca de su oido—basta, ya todo esta bien.

Echosnout se inclinaba sobre él, su rostro estaba arrugado de preocupación.

—Estas a salvo, estas en casa—susurró suavemente en un intento de tranquilizarlo.

El joven escucho como sus jadeos se habían cada vez mas lentos hasta transformarse nuevamente en una respiración normal.

—Fue un mal sueño—maulló Echosnout.

Patchpaw asintió y trató de sentarse pero soltó un grito al sentir un tiron en su pata.

—¡Ouch!—se echó hacia atrás.

La personalidad irritable y mandona de Echosnout pareció volver cuando escuchó su grito.

—No me sorprende que te duela luego de colarte a un entrenamiento ¡Que agrégale que no estaba autorizado!

El joven bajo las orejas, pero notó que el campamento estaba silencioso.

—¿Aun no han vuelto?

Echosnout negó con la cabeza.

—Hace apenas unos momentos la luna estaba en su punto mas alto.

Esa noche era luna llena y habría una asamblea, a él no le habían permitido ir pot su herida pero entre los elegidos para ir estaban su hermana Petalpaw y Ripplepaw. Larchpaw no estuvo nada contento cuando le prohibieron asistir a esa reunión y estuvo de muy mal humor cuando supo que Petalpaw y Ripplepaw irían juntos.

Patchstalker's Heartbreak // Los Gatos Guerrero AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora