Capitulo 36

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El sol del mediodía se filtraba a través de los altos juncos, proyectando sombras largas y enredadas sobre el suelo húmedo. El aire estaba cargado con la humedad del río cercano, y el silencio solo era roto por el leve susurro del viento al mover las hojas y el ocasional chapoteo de algún pez en el agua. Patchpaw se movía con una cautela extrema, cada paso medido y silencioso mientras avanzaba a través de la maraña de juncos. Sus orejas estaban alzadas, captando cada sonido, y sus ojos seguían atentos a cualquier movimiento entre las cañas.

Este era un campo de caza diferente a los que se solía frecuentar. Aquí, el agua y la vegetación se mezclaban, creando un terreno en el que el sigilo era tanto una necesidad como un desafío. Pero Patchpaw estaba decidido a atrapar a sus presas. Había sentido la mirada de Rainfall, fija en él, evaluando cada uno de sus movimientos desde la distancia.

Había pasado un breve tiempo buscando rastros, los cuáles eran inteligentemente ocultados con el amargo aroma del agua pantanosa y el aroma de sus hermanos a lo lejos, y finalmente había captado un olor. No estaba seguro de saber donde estaba su presa, pero sabía que estaba cerca, escondido entre los juncos. Su corazón latía con fuerza mientras avanzaba, manteniendo su cuerpo bajo, sus músculos tensos y listos para el salto.

El silencio se hizo aún más denso cuando Patchpaw se detuvo, su cuerpo quedó completamente inmóvil. Allí, justo al otro lado de los juncos, había algo. Podía sentirlo, casi podía oír la respiración de la criatura que acechaba y las vibraciones que su cuerpo causaba en el agua. El mundo a su alrededor se redujo a ese momento, a la tensión en sus patas y a la necesidad de actuar en el instante adecuado.

Respiró hondo, dejando que el aire llenara sus pulmones y se mantuvo concentrado. Un segundo más, luego otro. Finalmente, cuando todo en su ser le gritó que era el momento, Patchpaw saltó.

El salto fue potente y preciso, sus garras extendidas mientras se lanzaba hacia adelante. Sintió el crujir de los juncos bajo su peso, el aire frío golpeando su rostro y luego el contacto. Su cuerpo aterrizó sobre algo firme, y Patchpaw sintió la resistencia bajo sus patas, el impacto reverberando a través de él.

Sus garras se encontraron con un pelaje familiar y denso. Hubo un gruñido sorprendido, seguido por un movimiento brusco de su cola en señal de victoria en cuando Patchpaw se dio cuenta de a quién habia logrado atrapar.

—¡Hailpaw!—Patchpaw exclamó con jubiló.

Hailpaw parpadeó, visiblemente confundido y algo irritado por haber sido atrapado, pero la expresión pronto se suavizó al darse. Patchpaw, aún sin soltarlo por completo, soltó una carcajada nerviosa, liberando finalmente a su compañero.

—Buena atrapada, Patchpaw—una voz profunda resonó desde los juncos cercanos, y Rainfall emergió, su expresión reflejaba orgullo y satisfacción.—Seguiste tu instinto, te mantuviste en silencio y fuiste preciso en tu ataque. Exactamente lo que esperaba ver de ti, un buen acechador.

Patchpaw se sintió invadido por una ola de alivio y orgullo. Aunque la situación había sido en realidad una actuación para su evaluación de caza en terrenos humedos, el reconocimiento de su mentor era lo que realmente importaba. Rainfall lo miró con una sonrisa aprobatoria antes de continuar.

—Siempre recuerda, no importa cuán pequeño sea el movimiento o cuán silencioso sea el entorno, siempre debes estar alerta. Hoy lo hiciste muy bien.

Hailpaw se levantó y se sacudió el polvo de su pelaje, mirando a Patchpaw con una sonrisa divertida.

—Supongo que deberé estar más atento la próxima vez.—ronroneó agitando y chocando sus bigotes amistosamente.

Patchpaw asintió, todavía procesando la adrenalina que le recorría el cuerpo.

—Gracias, Rainfall. Me alegra haberlo hecho bien.—agradeció tratando de disimular los jadeos de cansancio—¿Larchpaw y Petalpaw ya pasaron la evaluación?—preguntó ansioso.

Patchstalker's Heartbreak // Los Gatos Guerrero AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora