The Cure Of Your Destiny ☆Newt y tu☆

Fragments ⁵

◤             ━───━ 9 a. ━───━            ◥

Elena realmente había tenido día libre hoy. No había estudios por hacer ó alguna tarea. No tenía que salir siquiera de su habitación.

La puerta del lugar se abrió haciendo qué despegará la vista de su libro. Su castaño favorito estaba tras ella. Una sonrisa se formó en su rostro cuando lo vio sonreír. Fred camino rápido a ella. Podía notar por la forma en la qué sus ojos la miraban qué tenía algo que decir.

-Mamá nos prestó su llave. Dice que nos tiene una sorpresa.- Elena miró a Corey esperando algo más especifico.

-Sólo nos dijo eso...me temo decir.- no dijo nada más y cerró el libro para levantarse y salir junto a ellos.

-¿Tarea?.- Corey negó con las manos en sus bolsillos. Los tres habían caminado por los largos pasillos buscando a Jesse. Frenaron cuando lograron verla hablando con varios de sus compañeros.

-Habrá que esperar.- Corey y Elena miraron a Fred, quien ya presentaba una cara larga y molesta. Ambos castaños se miraron pensando lo mismo.

-Vamos a la sala de espera.- Tomó Corey a Elena por los hombros y comenzaron a caminar a la habitación de al lado. Los sillones de cuero negro eran probablemente lo único del tono qué había en ese lugar. Todo era espantosamente blanco. Elena odiaba eso, odiaba que todo se viera tan simple, tan plano.

-¿Comiste hoy?.- Preguntó Fred colocandose de cabeza en un sofá.

-Baja de ahí.-

-No. No me mandas.- La nariz de Corey se arrugó con disgusto. Odiaba qué Fred se comportara así de vez en cuando.

-Si comí, Fred. ¿También les dieron un panecillo?.- La intención de Elena era ninguna más que evitar una discusión inútil.

-La sangre se te ira a la cabeza. Te quedaras más inútil de lo que ya eres.- Elena miró al suelo. Sabía que de cualquier forma, por más inútil qué fuese la discusión, Corey siempre ganaba.

-No es verdad. Puedo aguantar así más de lo que crees.-

-Claro, tonto. Puedes pasar hasta 12 horas de cabeza antes de que ru sangre te asfixie por completo. Da gracias qué no tienes problemas cardíacos, ya estarías muerto.- Fred cerró los ojos evitando escuchar a Corey. El castaño miró a Elena. Sonrió y miró nuevamente a la puerta, esperando por su mamá.

Las discusiones inútiles en hermanos eran tan necesarios qué inclusive se volvían recuerdos. Después de un tiempo es lo único que queda de ambos.

-Lo lamento.- Jesse abrió la puerta apurada y un puchero se formó en su rostro al ver a los 3 casi dormidos. Habían esperado alrededor de 3 horas por ella. Odiaba trabajar así, sentía que su vida se iba con su trabajo y no con sus hijos, aquellos que tanto amaba.

-Oh, ¡Fred!.- El chico abrió los ojos despacio. Jesse tomó su rostro en sus manos, observando lo rojo qué estaba. -¿Cuánto llevas así?.-

-Desde que llegamos.- Respondió Corey frotando sus ojos bajo las gafas.

-Oh, cielo. Debes hacerle caso a Corey.- Fred frunció el ceño ofendido. Su madre suponía aquello. Corey dio una sonrisa somnoliento cómo respuesta.

-¿Qué es la sorpresa?.- Preguntó Elena. Jesse la miró y suspiró.

-Bueno. No podré acompañarlos...-

-Que noticias.- Jesse miró de mala gana a Fred, ignoró del pequeño y volvió a mirar a Elena.

-Pero necesito un favor. Vayan a la cocina, Corey las llaves del lugar están en las llaves qué te dí. Necesito que tomen los panecillos, leche de chocolate ó fresa si gustan. Esperenme en mi habitación después de eso, prometo bo tardar, ¿esta bien?.- Los tres asistieron. Jesse sonrió y se levantó para irse. -Fred,  haz caso a Corey.- apuntó al chico y se fué.