Capitulo 14: Carl Grimes

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|Narra Carl|

Mi habitación era el único lugar que me había mantenido a salvo de todas las miradas reprobando lo que había hecho. Mi grupo había estado más que decepcionado, nunca antes les había mentido de esta manera, y sobre todo Rick, quien todos estos días estaba preocupado por si volvería a recordar algo. Por otro lado, solo pensaba en la decisión que tomaría Deanna con respecto a Jacqueline y Javier, y lo que Chloe estaba sintiendo acerca de mí. La poca confianza que había logrado con ella la perdí en el momento de revelar mi mentira, sin embargo, no la había buscado desde aquel día, debía darle su espacio hasta que ella quisiera platicar acerca de eso.

Carol no estaba del todo enterada de lo que sucedió, por lo que era de las pocas personas que mantenía una comunicación normal conmigo. Trajo la cena hasta mi habitación, pues sabia la incomodidad que me generaba salir y que todos tuvieran su mirada en mí.

—Ella está sola, acabo de verla cerca de las cosechas —dijo Carol, entregándome un plato con galletas. Esta no era la cena habitual, trajo algo que pudiera compartir con Chloe.

Le di una pequeña sonrisa, lleno de valor, me levanté de mi cama y salí de la habitación, para poder reunirme con ella.

Caminaba por las pequeñas calles de Alexandria con dirección a las cosechas. Las personas de Alexandria se preparaban para encerrarse durante la noche, pues la oscuridad nunca era confiable.

Estaba llegando a las cosechas, cuando pude observar al fondo a una mujer que corría hacia el muro, para después comenzar a subirlo. Corrí tras ella, para poder observar de quién se trataba. Llegue al muro y busque la forma de subir, logre avanzar un poco.

—¿Qué estás haciendo? —escuche claramente la voz de Chloe atrás de mí. —Baja de ahí. —

No hice caso y seguí escalando el muro, no podía perder de vista a la persona que habría cruzado a estas horas de la noche.

—Carl, obedece. Baja de ahí. —ordenaba Chloe. Sus súplicas no fueron suficiente para borrarme la inquietud de saber quién era aquella mujer. Logre saltar el muro, y solo podía escuchar levemente como Chloe lazaba maldiciones del otro lado. Mire a mi alrededor en busca de una señal que pudiera decirme que camino tomo aquella chica. Camine alrededor de Alexandria un par de minutos cuando escuche el grito de Chloe.

—¡Carl! —grito con enfado. —Aquí estás —No había más por hacer, aquella chica había desaparecido de mi vista, y no tenía otra opción más que regresar. Caminamos junto al muro con dirección a la entrada de Alexandria.

De los árboles salieron un par de caminantes que nos atacaron sin dudar. Mate sin problema a los que estaban cerca de mí. Me moví rápidamente para ayudar a Chloe, que había sido atacada por esas cosas. Su arma se había atorado en su pantalón, por lo que luchaba únicamente con una pequeña navaja. Uno de los caminantes logro tumbarla. Corrí hacia ella para quitarle ese asqueroso caminante de encima, pero cuando llegué, este ya estaba muerto. Le quité el cadáver de encima y la ayudé a levantarse, pero volvió a caer.

—Mi pie —dijo Chloe con gran dolor. La ayudé a levantarse nuevamente, pero esta vez sosteniéndola para que no caiga.

[...]

Mi preocupación era exorbitante, Chloe había sufrido eso por mi culpa. Eugene se encontraba revisándola, y la idea de que tal vez pudo morderla un caminante me aterraba demasiado, yo la había expuesto de esa manera.

Eugene abrió la puerta y salió de la habitación.

—Ella está bien, entra. —fue lo único que Eugene dijo, y se retiró del lugar.

—¿Estás bien? —pregunté entrando por la puerta.

—Sí, gracias. —respondió Chloe. —Solo me doblé el tobillo, mañana estaré bien —sentí un gran alivio.

—Perdón —dije, sentándome en una silla junto a ella.

—¿Por cuál de todas las cosas que has hecho? —pregunto con furia.

—Por todo. No era mi intención mentirte, y tampoco hacer que te lastimaras por salir a buscarme. —pensé en lo que acababa de decir, y aunque era verdad eso que sentía, no recuerdo la última vez que me había disculpado con alguien, o haber tenido un sentimiento de culpa.

—¿Por qué fingiste todo este tiempo? —pregunto con decepción.

—Siempre supe que fueron ellos quien me atacaron. Pero esperaba poder confiar en que Jacqueline se disculparía o diría la verdad, después de todo lo que hemos pasado —

—¿Te dolió que te engañara? —pregunto.

—He pasado por otras cosas, que realmente me han dolido. Su engaño no era algo de que debiera preocuparme. —

—Claro, hoy en día perdemos a muchas personas —respondió Chloe.

—Siempre estoy preparado para perder a alguien, pero es diferente perder a un compañero, que perder a un amigo —

|Narra Chloe|

Carl tenía razón, perder a un amigo dolía mucho más que perder a un compañero, y hasta el momento no había tenido un gran dolor por una perdida, más allá de cuando me separe de mis padres. El muro de Alexandria siempre me ha protegido casi desde que esto empezó.

—Es muy difícil confiar en alguien ahora, nunca se sabe quién miente o quién dice la verdad. Esa decisión que tome, me dio la oportunidad de conocer las verdaderas intenciones de las personas. Necesitaba saber que podía confiar en las personas cercanas, pero se volvió a repetir la historia —revelo.

—¿Repetir? —pregunté.

—Es una larga historia —respondió Carl.

—Igual que la noche —dije. Carl miró hacia la ventana y soltó una risa sarcástica.

—Mis padres pelaban con frecuencia, antes de todo esto. Un día mi padre no regreso a casa, alguien le había disparo y quedo en coma, mientras él estaba en una cama de hospital, todo esto empezó. Shane, el amigo de mi padre, llego por nosotros a casa, y nos fuimos, él solo se disculpaba por no haber podido salvar a mi padre. El dolor fue horrible —contaba Carl, sin despegar la vista de sus manos —Creo que tú debes recordar cuando nos reencontramos con él. Shane había mentido, fue la primera vez que conocí la desconfianza hacia una persona cercana, la segunda vez fue cuando supe que mi madre estaba con Shane de una forma diferente, ella engañó a mi padre, mientras él solo nos buscaba. La tercera vez fue cuando Shane, el mejor amigo de mi padre, quiso asesinarlo frente a mí, que finalmente mi padre lo mato, y yo tuve que volverlo a matar cuando se convirtió. Después conocí otro tipo de desconfianza, pues mi madre nunca quiso decirme si Judith era hija de mi padre o de Shane, ella no iba a sobrevivir al parto, así que tuve que dispararle antes de que se convirtiera, ahí desconfié de mí mismo. La traición y la desconfianza se ha hecho presente en cada día desde que tengo memoria, esperaba al menos poder confiar una sola vez. —

Las palabras no salían de mi boca, pues tampoco tenía palabras en la mente. Su revelación me había dejado estupefacta y él pudo notarlo.

—Pero claro que tú no ibas a conocer eso nunca, siempre estuviste aquí adentro, nadie aquí realmente sabe lo que es sobrevivir —comento Carl.

—No se compara lo que has sufrido con lo que yo he sufrido, está claro que no es nada similar. Cada quien se ha roto a su modo. —empezaba a haber una lucha sin razón entre nosotros.

—No puedes decir que te has roto. No tienes ni una idea de la mierda que está afuera, tienes todo aquí adentro. No has tenido la necesidad de comer lo que sea después de días, de no probar ni un bocado, ni de calentarte durante la noche, o inclusive tener un techo, pasar días sin dormir porque no encuentras un lugar seguro, ni caminar días en busca de uno. No tienes ni puta idea de nada. —grito Carl. Sus palabras habían quedado muy claras, y aunque tenía razón, yo no era culpable, ni responsable de lo que le había sucedido, no tenía por qué gritarme y enojarse de esa forma conmigo.

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Editado 28/08/2023

El viaje más largo | Carl Grimes |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora