44- Alex

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|Narra Carl|

*3 días después*

Todos estaban dormidos, yo era el único despierto, la noche se había acabado y apenas el sol estaba saliendo

-¡CAAAAAAAAAAARL!- escuche un grito. En un rápido movimiento me levante provocando un poco de ruido. Gire mi cabeza en todas las direcciones en busca de la persona que había ocasionado ese ruido, y nada; no había absolutamente nada.

|Narra ___|

Se podría decir que viajaba sola, ya que no recibía ningún tipo de ayuda de mis compañeros, me encontraba acompañada de Enid y Morgan. Casi no los conocía, a Morgan un poco, pero con Enid nunca he cruzado palabras, excepto la ves que llego y cuando me mintio sobre la salud de Carl.

Era de noche, nosotros no teníamos ningún tipo de armas ni equipo para sobrevivir esta noche. Morgan tuvo la genial idea de que todos durmiéramos sobre un árbol. Sí, todos juntos, Si, tengo que dormir con mi queridísima amiga Enid.

-Bien creo que al amanecer iremos al sur a buscar un lugar más seguro- Ordene

-Woo woo espera. Tú eres la líder de Alexandria! ¿Ves a Alexandria aquí? ¡No verdad!, ya no eres la líder de nada, deja de dar órdenes- dijo Enid enojada

-Debí correrte de Alexandria cuando pude- Dije

-¡Basta!- grito Morgan -Nadie es líder de nadie, ahora somos un equipo-

Sin decir nada mas comencé a subir el árbol y atrás de mi venia Enid. Cuando ambas ya estábamos sobre el árbol, Morgan Comenzó hablar

-Bien, quédense aquí. Yo iré a buscar algo seguro-

Ninguna de las dos contesto. Segundos después Morgan desapareció de nuestra vista. Me recosté como pude sobre el árbol, y comencé a pensar en tantas cosas y sin darme cuenta me quede dormida.

[...]

Desperté rápidamente al sentir un empujón haciendo que saliera del árbol y recibiendo un fuerte golpe en la espalda. Apreté los ojos por el dolor y al abrirlos me di cuenta que había un sucio caminante aproximándose a mí.

Me encontraba en el suelo luchando por mi vida con ese caminante sin ningún tipo de arma. Era de día y podía apreciar todo muy bien. -Genial- pensé. Aquí viene otro caminante, cuando estaba a punto de moverme, vi que algo atravesó el cráneo de ese caminante, y en menos de un minuto, el otro caminante ya estaba muerto.

Saque al caminante de encima de mí y pude ver el rostro de una persona desconocida.

-Hola, soy Alex- dijo estirando su mano hacia mí, ayudando a levantarme. Alex era un tipo alto, con sus ojos muy azules, rubio. Él me estaba sonriendo y vaya que genial sonrisa tenia. (Multimedia)

-Hola, soy ___, gracias por ayudarme- dije tomando su mano para levantarme e igual dándole una sonrisa

-¿Qué haces en este apocalipsis sola?- pregunto

-No estoy sola, estoy con ella- dije señalando a Enid -y con otra persona, pero ahora no está-

El me miraba confundido -¿Porque ella no te ayudo a matar a estos muertos?-

-Ella me lanzo- dije en un susurro -¿Tu qué haces solo?- pregunte

-No estaba solo, pero mi grupo murió tratando de matar a un grupo de personas, que estaban matando a otro grupo de personas- dijo

-¿Unos tipos de la W?- pregunte

-Sí, ellos- contesto

-Entonces creo que debo agradecerte nuevamente, mi grupo era el que huía- dije

-¿En serio?- dijo

-Si- conteste

-Entonces creo que de una u otra manera tenía que conocerte- dijo dándome una sonrisa, y agache mi cabeza y sonreí levemente

[...]

Morgan había regresado y comenzamos a caminar hacia el sur, llevábamos varias horas avanzando y casi no habíamos cruzado palabras. Solo hablaba con Alex, nos preguntábamos ciertas cosas. Él tiene 17 años.

|Narra Alex|

-Ahorita vuelvo- dije. Había escuchado unas voces, y quería adelantarme a ver quién era, si se trataba de gente mala, no dejaría que a ___ le pasara algo. Por lo poco que la conozco y por lo que le hizo Enid, puedo darme cuenta que ella es una joven delicada, linda y frágil. Existe algo de ella que me hace recordar bastante a mi hermana pequeña, ese pequeño sentimiento de protección hacia ella, está haciendo que la sobreproteja, realmente no quiero que muera como mi hermana.

-Aaaaah!- escuche un grito, gire rápidamente y no creía lo que veía, ella estaba cubierta de sangre, su rostro demostraba muchísimo dolor.

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El viaje más largo | Carl Grimes |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora