Capitulo 35: El amor es realidad.

3.5K 276 26
                                    

«Nuestra vida juntos es tan hermosa. Juntos... hemos crecido, hemos crecido... además nuestro amor es especial... Demonios una oportunidad y volar lejos... a algún lugar lejos, Esto ha sido muy largo desde que nos tomamos el tiempo. No hay a quien echarle la culpa, Conozco el tiempo de volar tan rápido... pero cuando te veo, amor... Es como si ambos estuviéramos enamorados de nuevo...

Es como volver a empezar, volver a empezar... Todos los días solíamos hacer el amor... ¿Por qué no podemos hacer el amor así de fácil? Sin dejar otro día más sin amar... Es tiempo de extender las alas y volar... ¿Por qué no nos dejan solos?... Irnos a un viaje lejos... muy lejos... Estaremos juntos de nuevo... Como solíamos hacerlo los primeros días...»

—No sé cuánto tiempo estaremos juntos, pero te aseguro que mientras lo estemos, aprovecharé cada minuto que la vida nos regale. —Carl, seguía frente a mí, la comisura de sus labios se levantaba ligeramente intentando sonreír, pero los nervios se lo impedían. —Es por eso que quiero que estés siempre a mi lado. Quiero que estés junto a mí cada día de supervivencia, en cada batalla, en cada sonrisa, cada lágrima, hasta que el destino quiera lo contrario. ¿Qué dices? ¿Aceptas? —

Sus palabras me tomaron por sorpresa, cada uno de sus versos rodearon mi corazón y lo apachurraron con toda la fuerza, hasta que exprimió por completo su dolor y se llenó de felicidad. Este momento lo había experimentado solo en sueños, y en la boca de alguien más, en sus recuerdos. No imaginé que en algún punto me tocaría vivir nuevamente el amor. Amor después de tanta muerte.

Estaba totalmente paralizada, una energía de lleno por completo y pude hablar.

—Si... —pause — Acepto —

Carl se levantó y se abalanzó hacia mí para juntarnos en un abrazo.

«El amor es realidad, si es real, es amor, el amor es sentir, sentir amor, el amor es esperar, ser amado.

El amor es tocar, tocar es amar, el amor es alcanzar, alcanzar el amor, el amor es pedir.»

Separamos nuestro abrazo. Vi a Carl a los ojos exactamente igual como él me miraba a mi. Juntamos nuestras frentes, y en cuanto sentí su piel con la mía, cerré los ojos para apreciar este momento, sonreía de oreja a oreja.

—Me haces muy feliz —dije. Me sorprendí a mí misma con mis palabras, pues no lo pensé antes de decirlo, pero era verdad. Mi corazón estaba muy feliz, por eso las palabras salieron sin filtro por mi boca. Abrí los ojos ante mis palabras y vi como Carl sonreía igual o más que yo. Sentía su respiración chocando contra mi rostro, la emoción no me permitía más estar separada de él, así que me acerque y deje un leve beso en sus labios. Sonreía aún más y nuevamente volvimos a abrazarnos. Sus brazos me daban un sentimiento de gran protección, y calidez, me sentía segura, me sentía en casa.

Nuevamente, separamos nuestro abrazo, este enorme sentimiento que tenía me daba un gran impulso para levantarme, algo en mí sabría que podría, necesitaba intentarlo.

Sujeté con las manos los extremos de la silla para poder levantarme.

—¿Qué haces? —cuestiono Carl.

—Ayúdame —respondí. Tomé las manos de Carl y me puse de pie. Aunque ya había logrado ponerme de pie anteriormente, esta era la primera vez que Carl me veía, por lo que lo tomó por sorpresa. Poco a poco me soltó hasta que no necesite su ayuda para poder estar en pie.

—¿Cómo? —pregunto sorprendido.

—Muy pocas personas sabían que estaba mejorando —

Carl sonrió para mí, y me dio aún más esperanza. Sabía que si daba un paso sola iba a caer, por lo que mejor espere a que él se acercara a mí y pudiera sostenerme.

Una canción lenta, sumamente hermosa, comenzó a sonar. Carl vio la grabadora, y después volvió a verme a mí.

—¿Podrás bailar? —pregunto. Me sorprendí ante su invitación, pero no perdía nada con intentarlo, por lo que asentí con la cabeza y esperé hasta que llegara a mí para poder bailar.

Con ambos brazos rodeé su cuello y él mi cintura, sin ni siquiera pedírselo, él sabía que debía sostenerme fuerte para no caer y que nuestros movimientos no deben ser rápidos. Nuestro baile era el típico, damos un paso a cada lado y giramos sumamente lento en nuestra misma posición.

Daba mis primeros pasos, aunque fuese con su ayuda, pero era un nuevo avance, junto con una nueva oportunidad, y con Carl a mi lado, una nueva vida.

---------

Editado 24/09/23

El viaje más largo | Carl Grimes |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora