Capítulo 15

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Vincent

Estos días con mis padres fueron una locura. Sus discusiones acababan con mi cordura. Menos mal acababa de dejarlos en el aeropuerto, así todo volvía a la normalidad. Bueno, ni tan normal, hicieron que Gonzalo manejara el auto , aunque yo estaba perfectamente.

—Buen chico, tú también mi niña — entramos al salón y Bianca jugaba en el piso con los perros. Tenían de costumbre correr a mí en cuanto me escuchaban , pero se quedaron quietos bajo las caricias de la rubia —la escena se tornó muy tierna.

—No es normal ver a tus cachorros llevarse bien con alguien — valoró Gonzalo.

—Pues ya ves, debe estar comprándolos con comida —les silbé y caminaron muy lentamente.

—¡Serán vendidos ! —los acusé cuando se posaron a mi lado.

—¿Dejaste bien a tus padres? —preguntó Bianca poniéndose de pié.

—Supongo.

—Eres todo un caso. Tus padres me caén bien.

—¿Serio? —levanté una ceja—. No me caen bien ni a mí —hice una broma.

—Pero eso es culpa tuya no de ellos , son un todo amabilidad.

—Por primera vez tengo que estar de acuerdo con él Bianquita , se portaron así contigo ¿ De dónde crees que saco tan mala forma su hijo? — se burló Gonzalo.

Y tenía razón . Mis padres se separaron cuando yo tenía 15. Mi madre se la pasa viajando con Dann que es piloto y mi padre en sus negocios de campos de tiros además de  armamento moviéndose de un  país a otro. Desde entonces vivían cada uno en su mundo , juntarlos , era combinar  gasolina y fósforos. Por eso decidí ayudar un poco con el negocio a mí padre pero crear el mío propio. Desde lo 20 comencé a trabajar mientras estudiaba arquitectura. Hoy con 27 tengo un imperio en las construcciones, y estoy orgulloso de mí , todo fue a costa de mi sacrificio. Perdí muchas cosas en el camino. Me subestimaban por mi corta edad , poco a poco tuve que aprender a controlar mis emociones y pensar con una lógica fría, midiendo milimétricamente cada paso si quería llegar lejos.

—Dejen de hablar de mi como si no estuviera —regañé. Se lanzaron una mirada cómplice.

—Tienes razón, mejor nos esperamos a que no estés —esta rubia me pone los pelos de punta.

—Es una orden seria, Bianca.

—¿Quién dijo que yo hablé en broma?

Me estaba molestando esa manía suya de llevarme la contraria siempre. Aunque tengo que aceptar que me divertía y relajaba. Cómo si causara una grieta en el muro que rodeaba mi vida y me permitiera ser yo mismo. Lo que era desconcertante.

—Dejen de joder los dos —levanté la voz con falsa molestia , no tenía que saber cómo me sentía.

—Veamos televisor a ver si te relajas — se encogió de hombros mi guardaespaldas.

—Tengo, que digo tengo, tenemos que ir a la empresa.

—¿No van a desayunar ?Lo tengo todo preparado.

—No tenemos tiempo —respondí pero Gonzalo estaba senado y enciendo televisor.

—Deja eso y para el puto culo del sofá Gonzalo.

—No seas grosero. El desayuno es la comida más importante del día te va a dar una cosa.

—¿Preocupada por mí rubia ?

—Claro que feo sería que siendo cocinera mi jefe se desmaye por no comer bien.

—Claro.

—Solo siéntate Vincent —dijo poniendo los ojos en blanco.

Amor Agridulce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora