Capítulo 30 (parte dos)

50 6 1
                                    

Bianca

Gracias por el cumplido, pero mire - alce mi mano mostrando mi anillo -. Señora.

- Me encanta que seas la Señora D' Angelo.

- A mí también - me sentí plena.

Esa interacción con mi esposo fue tenerme en algodón de azúcar.

Duró poco al tener que atender a los invitados y recibir sus felicitaciones. Estimaba una asistencia de 300 personas, acordamos algo pequeño.

Vincent debe tener una costilla fracturada. Cada que le respondía mal o de manera grosera a un invitado que se acercaba, le indicaba su falta conectando mi codo en un suave golpe a su costado.

- ¿Quieres dejar de golpearme? - me regañó mi esposo.

Sonaba lindo ¿verdad?..Mi esposo.

- Deja de ser grosero.

- Es que preguntan tonterías.
Hablamos con mis padres, con los de mi pelinegro y comimos algo. Cosas ligeras.

- Ahora los recién casados pasen a la pista de baile.

Photograph de Ed Sheeran inundó el jardín mientras mi esposo me llevaba a la pista de baile.

Sus manos a mi cintura, las mías a su cuello. Eso ya era una costumbre entre nosotros.

El hacia movernos lentamente al compás de la música. Aproveché los centímetros de estatura que nos separaban para recostar mi cabeza en su pecho. En el lugar justo para sentir el latido de su corazón.

A mis oídos llegaba un ritmo continuo y pausadamente tranquilo.Al parecer nada hace acelerar su corazón.Eso ya me lo esperaba, razón por la que me sorprendió muchísimo con sus votos matrimoniales tan preciosamente especiales e intensos.

Disfruté de ambas melodías mientras mi esposo marcaba el paso. Movía su pulgar de arriba hacia abajo en mi cintura y esparcía besos en coronilla. Terminó por apoyar el mentón en mi cabeza.

Un poco antes de media noche la fiesta acabó.Como recién casados nos quedábamos en un hotel hoy y mañana en la mañana partíamos para Venecia.

Me despedí de todos. Le di un fuerte abrazo a mis padres demostrando cuánto los iba a extrañar.

Estaba bastante exhautas de tantas emociones en día. En el carro, el chofer de esa noche para nosotros puso música relajante. En el asiento trasero, me recosté del hombro de Vincent y me dormí.

- Amorrr... - sentí como me movían y daban besitos en la cara.

- Llegamos - me informó mi esposo.

Aún somnolienta me estrujé la cara. Le sonreí al chofer y le agradecí.

Vincent tomó nuestras maletas y entramos al hotel. En cinco minutos ya estaba abriendo la puerta de la habitación nupcial.

Era una maravilla de mármol blanca, con jacuzzi. Cama inmensa decorada con pétalos de rosa en forma de corazón y en cada mesita había bombones. Unas cortinas oscuras servían para tapar la pared del fondo de la habitación que era completamente de cristal.

- ¡Ay que bonita!

- Me alegro que te guste - habló dejando las maletas tiradas en el piso.
Se quitó el saco del smoking y la camisa. Se sentó en la cama masajeando su cuello.

- ¿ Te sientes bien? - pregunté preocupada.

- Si, solo que lidiar con tanta gente no es mi fuerte - respondió haciendo muecas de incomodidad mientras aún se masajeaba un hombro.

- Lo sé. Muchas gracias por este día, fue especial. No es que hayas sido el mejor anfitrión, pero tú esfuerzo vale muchísimo y se que lo hiciste por mi - me acerqué lentamente a el y aparté su mano cuando estuve arrodillada en la cama detrás de él.

- ¿Elogio o insulto?

- ¿ Elogio?- solté una pequeña risa.

Comencé a ejercer una leve presión y pasar la plama de mis manos por su cuello y hombros, intentado hacerle un masaje.

- Se siente bien - comentó en voz ronca, ojos cerrados. Estiró su brazo hacia atrás un poco para apoyar su mano en mi muslo.

Comenzó a mover su mano por mi rodilla y me desconcentró.

Dejé de darle un masaje para besar su cuello.

Se giró hacia mí y caímos los dos en la cama.

Acerqué nuestras caras y lo besé. Profundizó el beso y su mano debajo de mi espalda comenzaron a trabajar en quitarme el vestido.

- ¿Te sientes preparada para dar ese paso? - preguntó luego de unos minutos y separase de mi.

Me costó unos segundos enfocarme y tener una idea clara.

- Si - rodé los ojos con algo de desesperación.

Reflexioné unos segundos antes de volverlo a besar - Gracias por preguntar.

- No hemos ido más allá de besos en todo este tiempo. Era necesario que te sintieras cómoda y preparada. Si no, no pasa nada. Después de todo, tenemos toda la vida - me sonrió.

Terminó de quitarme el vestido y me quedé en un revelador juego de ropa interior blanco de encaje y brillitos.
Vincent se mordió el labio inferior con un gesto seductor y se desabrochaba el pantalón. Estando en boxer volvió a besarme. Fue imposible no notar lo animado que estaba su amiguito abajo.

Fue el inicio de una noche de bodas especial. Que comenzó tierna y explorando nuestros cuerpos. Termino de manera desenfrenada y en un explote de "emociones" muy placenteras y liberadoras.

Nota de autora

No soy buena con escenas + 18 por eso lo dejé así. Prometo en el futuro si traerles ya que trabajo en poder escribir una de este tipo.
En fin díganme que les pareció hice mi mejor intento 😪😪

Amor Agridulce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora