Capitulo 24 parte dos

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Capítulo 24 parte dos

— Yo matándome preparando una sorpresa, esperándola y ella besándose con otro. Es que — me quedé sin palabras producto de mi enojo, frustración y dolor mucho dolor en mi corazón.

Un corazón que hace mucho no confiaba en nadie y a nadie se abría. Con ella me arriesgué, me solté a un camino de confianza, me puse totalmente en sus manos para que terminara jugando conmigo. Un mes llevamos. Para mí fue el mejor mes de mi vida, para ella fui solo un juguete.

— No hagas conclusiones precipitadas — me aconsejó mi guardaespaldas de pelo rizado.

— Me dijo que ya estaba en el taxi y mira ¿ Que más espero?

— Habla tú decepción, tus celos y enojo. Espera su versión de los hechos.

— Déjame solo.

— No hagas nada de lo que puedas arrepentirte.

— ¡ Sale !

Veinte minutos después, me revolcaba en mi desgracia, en un desgarrador cuando llegó Bianca. No quería decir nada de lo cual pudiera arrepentirme así que me puse de pie y me fui al baño de mi habitación a refrescarme.

Di unas respiraciones profundas en un vago intento por calmarme.
Estando en mejor uso de mis capacidades bajé. Topándome a una Bianca en un mar de lágrimas siendo consolada por Gonzalo.

— Perdón por salir así. Estaba enojado y no iba a controlar mis acciones. Necesitaba calmarme ¿ Podemos hablar? — fue mi primero que dije tragándome mi orgullo y malestar emocional para conectar con ese iris de mar de la Rubia.

— Me voy — se despidió el idiota de mi amigo.

— Tú dirás — dijo Bianca cambiando la mirada eliminándome de su campo de visión.

Me senté junto a ella en sofá y le enseñé la pantalla de mi móvil con imagen que le hacía un daño asqueroso a mi retina.
Sus ojos agrandaron si tamaño por la sorpresa.

— Juro por lo más sagrado que te lo iba a contar luego de saludarte. El se me declaró y se abalanzó sobre mí. Casi me besa pero me aparté a tiempo esa imagen te da un ángulo equivocado. Tienes que creerme nunca te haría algo así te quiero más que nada. No quiero otro hombre en mi vida — habló con velocidad máxima muchísimas palabras sin descanso en señal de nervios y preocupación.

Su mirada conectó con la mía, mostrándome sus lágrimas.

— No te quedes callado, Vincent. Tienes que creerme por lo que más quieras. Me tomó desprevenida su confesión de amor. Pero en mi vida solo hay espacio, ojos y corazón para ti. Amor mírame... Por favor — a estas alturas su voz dependía de un hilo, siendo notorio una punzada de sufrimiento.

En sus pupilas y palabras solo dejaban ver sinceridad. O a lo mejor era el amor que me estaba volviendo idiota e ingenuo a tal punto de no creerla capaz de algo así.

— Te creo, por su puesto que te creo.
No esperó ni un segundo para tirarse sobre mí con un demoledor abrazo.

La abracé por la cintura y sonreí. Tenerla entre mis brazos era la mas bonita de las sensaciones.

— Pero no quiero que lo veas más.

— Era mi amigo de muchos años.

— Lo entiendo, pero ponte en mi lugar. No quiero que trabaje contigo o lo veas a solas.

— Puede que hoy abusara de nuestra amistad un poco — admitió levantando el mentón para observarme.

— Puede que esté exagerando un poco. Pero ¿ Que crees que sentí yo?

— Ha sido un día duro para mí.

— Vale no discutamos entonces.

— Lo siento mucho. Gracias por confiar en mí.

— Te tenía una sorpresa.

— Tenías o tienes — quiso saber pero está vez hablo con mas animos.
Tiré de su mano y ambos fuimos al jardín.

— Esto es hermoso — se llevó sus manos al rostro —. Tengo al mejor novio del mundo. Gracias, gracias — me repartió besos por toda la cara.
Comimos solo un poco, hablamos mucho y miramos las estrellas.

— Me gusta tu tatuaje de dragón — expresó luego de un rato. Mire el tatuaje que tapaba todo mi brazo izquierdo.

— Gracias. Todo cuando hablan de resistencia y nueva vida quieren el fénix yo me incliné por un gran dragón entre llamas y espadas.

— ¿ Porqué un dragón?

— En mi opinión,  impopular, no son captores, son los que protegen y dan su vida por cumplir su objetivo. Son majestuosos, elegantes e imponentes.

—¿ Y el de tu otro brazo?

— Una cruz familiar que tengo junto a Andrés.

— Fue una velada maravillosa. Gracias por todo — besó mi mejilla —. Voy a dormir ya.

— ¿ Quieres dormir conmigo? Ojo solo dormir.— acoté de inmediato para evitar mal entendidos.

— ¿ Solo dormir?

— Te doy mi palabra — me hice saber solamente.

— Suena bien.

Llegamos a mi habitación. Pintada  complemente de negro. Una cama King. Espejo con luces. Un gran baño y amplio vestidor y pequeño escritorio para mi trabajo en una esquina.

— ¿ Que piensas? — le pregunté preocupado. Quizás estoy apresurando las cosas.

— En la decoración de tu habitación.

Solo me solté a reír y fuimos a la cama. Ella se acostó después de mi en el lado derecho, usando mi pecho de almohada y mis latidos como banda sonora para dormir. La acurruqué con mis brazos, la pegué más a mi en un abrazo.

— ¿Estamos bien cierto?

— Estamos bien, Rubia — susurré con cariño.

— Te quiero muchísimo. Más que a nada mi cascarrabias — besó mi pecho.

— Y yo a ti. Dulces sueños — le di un pequeño beso y nos sumergimos en un reparador sueño.


Nota
Así es el cuarto de Vincent

Nota Así es el cuarto de Vincent

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Nos vemos mañana.
Les aviso: publicaré un maratón en la mañana y en la noche otro maraton hasta el capítulo final. Por eso he estado tan perdida. Adoro leer sus comentario. Gracias por todo 😊🙏❣️❤️❤️.

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