Capítulo 48 (parte 2)

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Esta es un obra de ficción por lo que los personajes e instalaciones son productos de mi imaginación. No se apega a lo que sería un cárcel en realidad, ni narra un suceso. Cualquier parecido es pura coincidecia.

Segunda parte del juicio.

Vincent.

El oficial que me detuvo entró a la sala. Fue al lugar de los testigos e hizo el juramento.

-Díganme Señor Svenson ¿Porqué arrestaron al ciudadano aquí presente? -preguntó el fiscal-. ¿Pruebas circunstanciales?

- Recibimos una llamada anónima de que encontraron un cuerpo. Nos dieron la dirección y fuimos a revisar. Encontramos a Yuver Isaac muerto. La causa del fallecimiento explicado en el informe fue por herida de arma de fuego. Encontramos un reloj marca Patek Philippe Grandmaster de dos diales. Personalizado y con registro de autenticidad para el Señor Vincent D'Angelo. La misma persona que llamo nos dijo que los había visto discutir a D'Angelo y a la víctima. Los vecinos dijeron que no identificaron rostros pero si escucharon una discusión entre dos personas por una venganza y un accidente de coche.

-¿El accidente de coche del Señor D' Angelo?

- Se presume.

La abogada tomó nota y yo era un ser aplastado por un tren después de eso. No veía salida.

-¿El arma homicida?

-No se encontró.

-¿El Señor Vincent tiene armas? - indagó el fiscal mientras yo me hundía más y más.

-Si tiene registrada un arma a su nombre. Sin contar que la nómina de seguridad de su empresa está llena de agentes independientes con licencia de armas.

-Tiene al alcanza armas homicidas. Se le escuchó discutir con la víctima y el motivo está claro. Yo creo que no hay más nada que decir -se sentó el fiscal.

Yo sentí la sensación de un cuchillo en mis entrañas.

-Muy bien. Es el turno de la defensa.
-Buenos días oficial Svenson -mi abogada se puso de pie con unos papeles en la mano y mirada dura.

-Buenos Días.

-Empecemos por lo básico. ¿Aparece un cuerpo en el río y la culpa es del que vive cerca solo por vivir cerca?
-N.. -tratamudeó el oficial -No. Pero escucharon la discusión.

-Si. Tomé nota de eso. Los vecinos no vieron caras, solo escucharon. No se puede afirmar con certeza que fuera él verdad? Puede que sea un montaje. Alguien con odio hacia el señor Vincent y hablara sobre su accidente y las amenazas para pretender que fue cosa del acusado. ¿Verdad?

-Objeción -saltó el fiscal-. Está induciendo al testigo.

-Aprobado. Queda fuera del acta y fuera de la consideración del juzgado. Rehaga sus preguntas licenciada.

-Si perdón -se disculpó pero con una mirada de quién sabe de que la regañaron pero la ida la sembró.

-Mejor voy a otra pregunta. El arma no se encontró pero el informe arrojó que el arma registrada por mi cliente no fue la homicida. ¿Algo que decir?

-Los delincuentes no quieren ser atrapados. Obvio no usó su arma. Su familia maneja un conglomerado que va desde campo de tiros a fábrica de armas. Le fue fácil conseguir alguna.

-Pero no tiene prueba de eso. La familia de mi cliente, concretamente su padre no él, que quede claro de quién es el negocio, no fábrica las Beretta hace dos años. Si hace dos años no tiene al alcance ese marca que fue la utilizada para el homicidio. ¿Cómo le queda al alcance?

-No. No tenemos pruebas hasta encontrar el arma -dijo derrotado.

- ¿Cuál es la motivación que según su departamento de investigación tiene el Señor D'Angelo para el crimen?

-En el pasado la víctima le robó. Fue a prisión y salió muy poco. Le comenzaron a llegar amenazas. Lógico quería librase.

-Cumplió prisión -dijo ella pensativa-. Si el Señor Vincent lo denunció en su momento y denunció hace tres años los ataques y amenazas a su persona ¿Por qué tomarlo por su cuenta si se ve que confía en la policía para este trabajo? Sabe que no se debe tomar la justicia por sus manos. No entiendo.

Yo me estaba derritiendo en el asiento y el fiscal rabiando.

-Usted lo dijo hace tres años. Estaba muy bien escondido. En estos casos lo más probable es que solo salgan a ver a su objetivo. Seguro se encontró con el acusado y este cansado de esperar lo mató.

Mi sangre burbujeaba más que agua con gas pero Ana estaba implacable con gesto estoico.

-Hablando de años ¿Cuántos lleva como oficial?

-Unos seis años.

-¿Esto sería un caso grande?

-Si.

-¿Su primero de este tipo y en "cerrarlo"? -hizo comillas al aire en la última palabra.

-Es... Este ... Si.

-Un oficial de seis años con un caso grande e importante por primera vez. Arrojando evidencias dudosa, circunstancial solo para cerrarlo a como de lugar y así visto por los mandos superiores. Es un caso penoso como diría el fiscal -lo miró-. No hay más que decir.

-¿Qué eso es mentira? ¡ESO NO ES ASI! MOCOSA IMPERTINENTE -despotricó Svenson y yo respiré al fin.

-ORDEN EN LA SALA -dijo el juez mientras un oficial sacaba a Svenson diciendo improperios.

-Siguiente testigo -exclamó el juez mientras golpeaba la mesa con su martillo.

Pasa a la sala Sandro Martinelli.

Lo que faltaba.

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