Capítulo 5

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Bianca

Atravesamos todos el jardín, observé una casita para perros, supuse que tenía mascota. Así entramos a la casa, un amplio salón nos recibió, luego un comedor para llegar a la cocina

 Así entramos a la casa, un amplio salón nos recibió, luego un comedor para llegar a la cocina

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— Esta es la cocina. Solo vengo a buscar la comida de los perros, siempre he tenido contratado a un personal para cocinar.

Era en colores oscuros y grises , pero con unos equipos modernos con la mejor tecnología. Di una vuelta de 180 grados en mi lugar, la instalación me dejó boquiabierta, una maravilla de cocina.

— Buenos días señor — entraron dos chicas , una de mediana edad y otra joven.

— Iba a llamarlas en este instante — no pasé por alto que no correspondió el saludo — Ella es la nueva cocinera , indíquenle donde está todo — continúo el mal educado.

— Con gusto señor, soy Rita — se presentó la mayor.

— Graciela — me sonrió la más pequeña.

— Gracias.

— Normalmente desayuno dentro pero hoy puedes servir en el jardín — me ordenó tomando un sobre con comida de mascotas.

— ¿ Un menú especial ?

— No, sorpréndeme. En cuanto termine que Rita te enseñe la parte de los empleados donde te vas a quedar.

— El señor es muy quisquilloso con la puntualidad, te enseñamos la cocina para que puedas trabajar , ya luego le damos un turno señorita.

— Dime Binaca por favor, si no le molesta ¿ Puedo tutearte, Rita ?

— Claro tesoro ¡ Graciela !

Me tomó treinta minutos  preparar y poner en la mesa un café al gusto del Señor , un sándwich de jamón , queso , acompañado de dos cruasanes con un vaso de jugo de naranja.  El señor D'angelo comenzó a comer.

— Exquisito — valoró mi trabajo aunque seguía con su pose estoica.

— ¿  Necesita algo más ?

— No, Señorita ....

— Fiore, Binaca Fiore . Puede decirme Bianca.

— Bien Bianca . Almuerzo en la oficina, no te preocupes por eso . Ya puedes retirarte.

Tenía pensado volver a la casa, me interrumpió el paso los ladridos de dos perros Mastín Italiano de pelaje marrón corriendo hacia mí.

— ¡ AAA! — Corrí cerca de la mesa.
— Tranquila.

— Pero no el  tamaño de esos perros.
— Están entrenados, mira.— Sit — y al instante se sentaron.

Mi jefe les sirvió comida del sobre que había tomado antes y les puso en unos platos de mascotas. Ambos perros se quedaron tranquilos aún con la comida delante.

— Ella es una amiga — los miró serios

— Ahora,  Coman — así atacaron sus respectivos platos.

Su dueño se agachó y los acariciaba. Subió la mirada, encontrándose con la mía.

—¿ Lo  Ves?. Solo no le muestres miedo te verán nerviosa y atacan a una potencial amenaza

— Umm . Permiso , me retiro.

Nota de autora
Tengo planeado hacer un maratón de capítulos en la noche . Publicaré hasta el capítulo 10 . Nos leemos , mientras tanto disfruten de este

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