Capítulo 27

63 6 3
                                    

Bianca.

Febrero.

Después de bañarme de vestía para la inauguración de mi restaurante. El elegido fue un vestido de noche color rojo muy oscuro, con tirantes con adornos en forma de flores, escote elegante y muy ajustado. Unos zapatos de tacón fino negro que combiné con un bolso pequeño y práctico negro.

Mientras me maquillaba fue inevitable detener mi vista en el diamante que adornaba mi anular, despertaba las mariposas de mi estómago, haciéndome lucir una sonrisa.

Lista, bajé al salón donde me esperaba mi novio de traje y corbata perfectamente a su medida en negro. Se ponía un caro reloj, uno de tantos de su colección aunque en dicha colección había un espacio vacío.

— ¿ Pero qué hermosura ven mis ojos ? — expresó cuando reparó en mi presencia.

Nunca fui buena tomando cumplidos así que sonrojarme fue algo natural.

— No seas adulador.

— No soy adulador, solo digo lo que mis ojos ven y corazón piensan.

— ¿ Te he dicho que te quiero ?

— Puede que escuchara algo pero no estoy seguro ¿Me lo repites ?

— Te quiero.

— Y yo a ti, eres lo más lindo que me pasó.

Nos dimos un beso tierno y cargado de sentimientos que muy a mi pesar tuve que parar porque llegaríamos tarde y arruinaría mi labial.

Nos montamos en su coche, los muchacho de seguridad venían en una camioneta detrás como de consumbre. Vincent tomó el control del volante con una sola mano mientras con la otra tomó la mía y las apoyó en mi muslo. Le pasé mis dedos suavemente por sus nudillos, alzando mis labios en una sonrisa que me achicó los ojos.

Conocía el camino pero me entretuve mirando por la ventana envuelta en un silencio agradable en la compañía de mi pareja hasta llegar a mi restaurante.

No lo creí posible pero habían un montón de personas haciendo fila afuera y mis trabajadores ya estaban en su puesto.

La gran puerta caoba estaba restringida por una cinta roja  anunudada en un lazo. Entre el público pude ver a algunos compañeros de Vincent, a Rita , Graciela y otros muchachos de seguridad.

Bajamos del carro, detrás de nosotros Gonzalo, Óscar y Andy con gafas de sol aunque fueran las 8 de la noche muy comprometidos con su papel de escolta.

— Disfruta de tu noche y tus logros — habló Vincent al verme concentrada en mis pensamientos.

— Estoy algo nerviosa — le admití.

— No pasa nada, solo habla con ellos, inaugura cortando la cinta y listo. Se que lo tienes todo controlado.

— Yo puedo — dije en voz alta en una prueba por controlar mis nervios y respiración.

— Claro que sí, mi amor — mi novio me dio un tierno beso y un fuerte abrazo —. Ahora voy para allá, cuando estés lista inicias — me guiñó un ojo caminando en dirección a la multitud.

Respiré hondo y caminé. Al llegar frente a todos mi garganta se cerró en un nudo. Miré a mi novio y caras cocinas y funcionó, sentí como me calmaba. Mi novio me dio un sonrisa que correspondí y fue el pie de inicio a mi discurso.

— Muchas gracias a todos los presentes. Hace poco más de un año mis sueños se quemaban juntos a mi restaurante. No sabía pero Dios ese día me dio una de las mejores oportunidades laborales y personales — le hice un pequeño gesto a D' Angelo y continúe.

— Gracias a las personas que lo han hecho posible por su esfuerzo y ardua dedicación al trabajo. A mis padres por su incondicional apoyo. No sé imaginan lo lindo y la sensación tan plena que es estar parada frente a este local. Gracias por darle una oportunidad y ser los primeros en confiar su paladar a la sazón que hoy le brindamos aquí. Espero que sea el inicio de una buena temporada para el restaurante, para mí y sobre todo para todos los presentes.

— Creo que me excedí demasiado — el público estalló en pequeñas carcajadas —. Bueno están aquí para comer así que sin tanta cháchara BIENVENIDOS y disfruten su noche.

Los invitados aplaudieron y Vincent se acercó a mí con una tijera llena de adornos. Tomé la tijera y corté la cinta.

Unos minutos después los comsales entraron y ocuparon cada una de las mesas y todo se puso en marcha entre el desfile de meseros atiendo las mesas y llevando pedidos. Supervisé la cocina, los platos. Pasé por las mayorías de las mesas y donde se necesitara mi presencia.

Rita y Graciela me abrazaron y felicitaron incontablemente.

A las 9 estaba en videollamada con mis papás que no pusieron viajar y les mostré el lugar. Creo que lo más bonito y más destacable de la noche fueron sus expresiones de orgullo. No podía perdir nada más, bueno creo que pediría que papá no quisiera discutir con Vincent cada que tuviera oportunidad pero son pequeños detallitos.

— Cuídala, aunque no esté, si le haces algo viajo con Catalina — amenazó mi padre a Vincent. Catalina era su rifle.

Vincent solo lo miró de manera indescifrable.

— Papá compórtate.

— Está bien hija mía. Te mando un beso grandísimo. Te dejo para que sigas trabajando y disfrutando — con eso se apagó la pantalla.

— ¿ Crees que algún día me quiera? — me preguntó Vincent.

— La verdad. Ni yo sé — lo abracé —. Espero que sí mi amor.

— Si yo tuviera una hija estaría igual lo entiendo. Siempre y cuando no te alejes de mi.

— Nunca me iría de tu parte a menos que hagas algo irremediable que me lastime.

— Lastimarte a ti es provocarme un dolor a mi mismo. No lo haría — respondió solemne.

— Oye. Volviendo a tus palabras ¿ Quieres hijos?

— Si ¿ Tú no?

— En un futuro. Supongo.

— Lo estás haciendo espectacular — me elogió y me contagié de felicidad.

— Gracias. La verdad es que Liris fue magnífica con la organización.

— Señorita Fiore ¿ Puede venir ?

— Enseguida — respondí para mirar a mi prometido. Tengo que ir.

— Anda amor.

Me despegué del pelinegro para seguir trabajando como hormiga loca de un lado a otro.

Nota de autora

Un poco perdida porque prepare muchos capítulos sigan leyendo.

Tenemos nueva portada ¿vieron ?
Obra de EmilyLen018 me encantó linda MUCHAS GRACIAS.

Amor Agridulce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora