Amor Agridulce

Capítulo 28

Binaca.

Abril,un dia antes de la boda.

Decidimos hacer la boda en abril porque quería pasar mi cumpleaños en la Luna de Miel. Cómo ambos teníamos trabajamos decidimos no ir muy lejos, el destino ganador fue Venecia.

Mentía si decía que no estaba nerviosa, pero cambia la decoración de algunos lugares de la casa, que bien me costó convencer a mi prometido, mudarme de habitación, organizar la boda y lidiar con las discusiones de la familia, la verdad es que me mantuvo bastante ocupada.

Papá y mamá ya estaban durmiendo, los padres del heredó D' Angelo discutieron como de costumbre y su hijo los mandó a un hotel por no saberse comportar.

Terminábamos de ver una película pues ninguno quiso tener despedida de soltero, preferimos pasarlo juntos.

Recogimos y subimos a la habitación que ahora era de ambos, antes negra, recientemente pintada de un gris claro, el espejo sustituido por uno de cuerpo completo.

Dos tocadores, el mío más grande con mis cosméticos y cremas, con el antiguo espejo de Vincent con luces incluidas, las cortinas de un color oscuro. Lo que antes era una pequeña mesa de trabajo la transformamos en un escritorio grande. En la pareded del costado el mural de fotos que él me regaló

— Te tengo un regalo de bodas — expuse después de cerrar la puerta del cuarto.

— No tenías que molestarte. Aunque también te tengo algo. Tú primero tengo curiosidad.

Fui al vestidor a mi lado, saqué una caja. Y se la entregué a mi futuro esposo que se había sentado en la cama.

Vincent la abrió y tomó la nota.

— Es algo pequeño un detalle.

— Viniendo de tí cualquier cosa me encanta, Rubia.

— No sabía que regalargue a alguien que puede tener todo en el mundo así que intento regalarle un detalle que siempre pueda recordar — leyó la nota.

— Sacó la lámpara 3D dentro de la caja.

La lámpara era la palabra LOVE y una foto de nosotros juntos. La colocó en su mesa de noche .

— ¿ Te gusta?

— Muchísimo es precioso — me atrajo y besó ferozmente tumbándose en la cama.

— Espera — lo aparté —. No que yo también tenía un regalo.

— Ahora vuelvo — fue hacia su escritorio nuevo
.
— Para tí — me entregó unos papeles.
Eran los papeles de La Villa a mi nombre. Mi garganta se secó por completo, me era imposible tragar.

— No puedo aceptar esto — le dije sería y sin humor —. Es tu casa, no la quiero — le devolví los papeles.

— Es nuestra casa amor — intentó abrazarme pero lo evité.

— No me gusta esto. No tienes porqué darme cosas así de caras y menos tu mansión.

— No, pero quiero. No hablamos de crear una familia, quiero que tú seas la dueña como un préstamo. Cuando nazacan los niños que en un futuro tengamos será de ellos y así.

— Lo que te regalé parece una mierda delante de esto — hice un puchero.

— No. Es el regalo más original, más lindo que alguna vez me hicieron. Me encanta. Y no quiero que te sientas mal por eso o no aceptes lo que te doy. Lo que te doy es de corazón y amo las cosas que tú me regalas porque también vienen desde tu amor ¿ Estamos?

No respondí.

— Vamos, está prohibido que te enojes con tu futuro esposo, con el que te casa mañana — se acercó y me hizo cosquillas.

— Nooo. Ya basta — dije como pude entre carcajadas.

Vincent dejo de lado las cosquillas y bostezó.

Ambos tuvimos un mes de trabajo pesado para dejarlo todos preparado para la luna de miel y los preparativos de la celebración de nuestro matrimonio.

Por mi parte no podía quejarme, mis empleados eran muy eficientes y la clientela abundaba. Los primeros días si fueron apretados porque todos se utilizó en comprar los productos y pagar a los proveedores, pensé que me iba a atrasar pero todo corría como anillo al dedo y comensales no faltaban.

Luego de preguntarme por vez 500 si estaba bien con lo de la casa a mi nombre nos acostamos a dormir.
Bien, bien, no me sentía con la situación. Yo no era una aprovechada de su dinero, Vincent se ganó mi corazón sin ni siquiera percatarme.

Su número de cuenta nunca fue relevante, siempre trabajé por mi dinero y mis gastos desde joven. Esos regalos tan caros o en este caso algo que siempre fue suyo y adquirió con el sacrificio de su trabajo no me dejaba muy contenta la verdad. Pero como dijo Vincent no me pondría a pelear con mi prometido el día antes de mi boda.

Agitada por tantas emociones me fue fácil caer en los brazos de Morfeo.