Casi 3 meses antes...
- Casi pareces pro - Dijo el pelinegro con una sonrisa mientras esquivaba el golpe que recibía de su amigo.
- Vas a dejar de ser tan engreído alguna vez? - Volvió a intentar golpearlo.
- Quizás. - Le dijo el tatuado, quien se detuvo para buscar agua.
- Cómo está tu rodilla?
- Namjoon. Me preguntas lo mismo cada día. Y cada día te contesto exactamente lo mismo...
- Ya sé, ya sé. "Estable".
- Exacto. - Le dijo volviendo a tomar agua, sentándose ambos al borde del Tatami, aquel cuadrilatero donde practicaban Taekwondo.
- Jungkook. Nunca te detuviste. Debes parar realmente. Sabes que sino no va a sanar del todo.
- Ya no peleo. No basta acaso? Para que la quiero más sana si realmente no puedo pelear?
- Eres un testarudo. - Le replicó el moreno.
- Onegashimazu - Interrumpió SeoJoon, el Instructor Asistente. Mientras ambos amigos asintieron otorgándole el permiso para ingresar al cuadrilátero. - Jungkook, el maestro quiere hablar contigo.
- Otra vez... - Dijo el tatuado bufando. Levantándose para ir al encuentro de su entrenador.Song Seung Heon, realmente era como un segundo padre para Jungkook, ya que si bien era un hombre sumamente estricto y exigente, siempre fue sobreprotector con su discípulo, volviéndose quizás hasta más presente que el mismísimo señor Jeon, ya que lo acompañó desde sus 5 años, en cada arte marcial que Jungkook aprendió, durante horas y días de entrenamiento constante, hasta convertirse en quien era hoy. Jungkook tuvo dos modelos en su vida, su abuelo y su Maestro, de quienes absorbió todo lo que sabía y lo instaban a ser lo que hoy en día era. En el caso de su Maestro, siempre fue su gran mentor y ejemplo a seguir, mamando prácticamente todos los valores de los que se jactaba hoy en día, la lealtad, el respeto, la perseverancia, pero por sobre todo, el honor, o como dicen los disciplinados japoneses, el Meiyo, valor que Jungkook se grabó a fuego en su espíritu una de las tantas veces que viajó a Japón para perfeccionar sus técnicas, a tal punto que su DoJang llevaba ese nombre, Meiyo Dojang, ese espacio que Jungkook había logrado levantar, gracias a las ganancias de sus primeras victorias, y si bien a la familia Jeon no le faltaba el dinero, el pelinegro prefería obtener de su propio esfuerzo todos sus logros.
Mencionando a la familia Jeon, otro era el trato con ellos, mientras Jungkook con su entrenador era complaciente, contemplativo y hasta comunicativo, con su padre realmente era lo contrario, y por consecuencia con su madre prácticamente también. Provenientes de un seno familiar muy religioso, de la alta sociedad, para los Jeon todo se trataba de lo que estaba bien visto, de las apariencias o de lo que era moralmente correcto según sus creencias. Si bien el padre de Jungkook nunca estuvo del todo de acuerdo con que su hijo estudiara artes marciales, en un momento de desespero lo llevó a aprender algo que ante sus ojos sea... "Varonil", ya que estaban atravesando la pérdida por así decirlo, del hermano mayor de Jungkook, quien se había ido de la casa sin ser visto nuevamente luego de haberse declarado abiertamente homosexual, desatando una crisis familiar, deshonrando a sus padres y dejando en vergüenza su apellido, o eso fue lo que ellos le contaron al pequeño Jungkook, inculcándole que todas esas prácticas eran una total aberración, y si bien su hijo menor era todo lo visiblemente incorrecto, por su apariencia de rebelde, sus tatuajes, su espíritu guerrero y decisiones inquebrantables, así también era su hermetismo para con sus padres, aún así, en cierta forma, sus progenitores guardaban algo de paz, ya que dentro de todo, su hijo cumplía con los estándares "correctos" de vida, a sus 26 años, manejaba su propio dinero, estaba comprometido con la mujer con la que estaba desde hace 4 años y además era reconocido y bien visto en el mundo del deporte. Era el único hijo que les quedaba, y ante sus ojos, éste si era uno "normal", uno quien dejaría bien en alto el apellido Jeon, y si bien las intenciones de la familia era que dejara las artes marciales para dedicarse de lleno al mundo de los negocios como era tradición en los descendientes, el tatuado lejos estaba de tener aquellas intenciones, motivo por el que el vínculo siempre se mantenía desunido y roto, nunca podían ponerse de acuerdo, sus padres lo perseguían con reclamos y él simplemente los ignoraba.
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Luv Is A Maze ೃ Kookmin au
Fanfiction- Hablemos si? - De qué deberíamos hablar? De lo que acabas de hacer? Sí. Hablemos. - No. De lo de anoche. - Ah... eso... Justamente. Fue anoche Jeon. Sexo casual. Entiendes? No puedes reclamarme si alguien se me acerca. - Jimin... Repitámoslo... po...