Luv Is A Maze ೃ Kookmin au

ೃ Cap 27࿐

Yo y mis locas ideas de "quiero besarlo a toda costa", que más que beso, terminó siendo no dejarle ni un milímetro de piel que no haya pasado por mi boca, que inclusive si existía y realmente no llegué a hacerlo, seguramente no habían dudas que al menos lo había tocado un millón de veces más. Porque después de esta noche, Jimin tenía mi adn esparcido por absolutamente todo su cuerpo entero, por dentro y por fuera, porque hice y deshice con su cuerpo lo que tuve ganas, y lo hice gemir de una manera desmedida, así como él besó, mordió, marcó y cabalgó lo que quiso conmigo. Todo una locura hermosa.

Estábamos los dos acostados sobre los asientos del auto, totalmente reclinados. Yo en el del conductor y él en el del acompañante, agitados, sudados, con los ojos cerrados. Yo con una sonrisa, y él simplemente relajado.

- Dios... - Fue lo único que salía de sus labios.
- Eres... increíble. - Le dije intentando respirar.
-Y tú... eres... por dios...

Me giré hacia él, yendo directo a su rostro. Tomándolo de las mejillas.

- Y yo qué?

Se quedó unos segundos mirándome, como perdiéndose en mí. Hasta que habló.

- Y tú... un maldito pervertido. Te dije que no me besaras.- Me dijo frunciendo el ceño. Fingiendo enojo. Le sonreí.

- Tenemos que irnos. Mira la hora que es. Mañana tienes que entrenar, deberías estar descansando.
- Y voy a ir descansado.
- Ya. Deja de mentir.

Me pasó mi camisa que estaba junto a su asiento y comenzó a vestirse.

- Te llevo? - Le pregunté. Sabiendo que él siempre se negaba a esta clase de gestos, pero no iba a dejar que se fuera sólo a estas horas.
- No hace falta. Me bajo cerca del centro y camino.
- No.
- Si.
- No. No vas a andar solo a estas horas, tienes la computadora, la cámara. No es seguro.
- Seúl es una ciudad segura.
- No nos vamos entonces.
- Me vas a tener de rehén en un mirador?
- Por supuesto. Al menos déjame llevarte alguna vez. No hasta la puerta de tu casa si quieres pero aunque sea cerca.
- Jungkook.
- No es negociable.
- Dios... está bien!

Satisfecho sonreí, encendí el motor y sin demorarnos mucho más, emprendimos viaje, en donde él fue callado todo el trayecto, mirando por la ventana, pensando vaya a saber que.

Me hubiese gustado saberlo pero tampoco quería invadirlo, más sabiendo lo reservado que era con todo. Esperaba que en algún momento quisiese contármelo, aunque esperaba que no tuviese nada que ver con lo que habíamos hecho, porque después de todo esto si me decía que se había arrepentido, me iba a morir.

Llegamos a la dirección que me había indicado. Detuve el auto, y lo miré buscar sus cosas, mientras él hacía un checkeo en voz baja de todo lo que debía tener. Dio una vista general, tomó su celular, revisó que tuviese sus llaves a mano, abrió su bolso, revisó su computadora, la cámara, sus anotaciones, mientras yo lo miraba hacerlo, sin decir nada.

- Bueno... creo que no me falta nada. - Se dijo a si mismo dando una última ojeada al auto.

Observando automáticamente sobre el tablero el pomito de lubricante que me había pasado durante nuestra sesión fogosa y corpórea.