Luv Is A Maze ೃ Kookmin au

ೃ Cap 51࿐

Y hablar era justamente lo que no sabíamos hacer...

Porque cuando fui a buscarlo, para saber como estaba, a pesar de yo tener el ánimo por el suelo por saber que había estado con él, por haberme sentido engañado y burlado después de todo lo que hice para acercarme a él, a pesar de todo eso, yo no podía vivir sin su persona, me era imposible sentirme alejado de él. Y bastó con estar del otro lado de la puerta del departamento de Taehyung y que Jimin la abriera y me viera parado del otro lado, que sin siquiera decirnos hola, ya estábamos besándonos contra la primer pared que encontramos en el camino, quitándonos toda la ropa, para hacer el amor en cualquier lugar que se nos presentara.

Así. Sin mediar palabras. Sin decir nada. Sin yo preguntarle porque hizo lo que hizo o siquiera si le dolía, y él sin reclamarme por la bestialidad que le dije en mi momento de mayor debilidad emocional, por mensaje. Y es que éramos adictos el uno al otro. Y la mejor forma de resolver los problemas, era evadiéndolos, ante el riesgo de perder el contacto con el otro.

Terminamos de hacer el amor, y sin decirle nada más que - Mañana podemos vernos otra vez? - Y él asentirme en respuesta, no nos dijimos nada más. Me cambié, y me fui dejando un beso en sus labios. Un necesitado beso en esos labios que eran mi total desesperación y perdición. Esos labios que sonrieron al recibir mi cariño, haciendo que los míos también lo hiciesen.

Y así es como, intenté arreglar las cosas con Jimin. Simplemente arrastrándome a esto extraño, que no lograba entender, ni sus actitudes, ni las mías, ni las nuestras.

Llegué a mi casa lleno de preguntas, lleno de dudas y cosas que sentía no pude decirle, o me hubiese gustado hacerlo. Porque realmente quería reclamarle, quería que saliese de sus labios las respuestas a los miles "porque" que tenía en la punta de la lengua. Quería volver a hablar como lo hicimos en Japón, abrirnos, sin ocultarnos cosas, pero de vuelta en Corea, todo volvía a ser igual. Él era impenetrable, y yo no quería perderlo, por eso me callaba, como desde el comienzo, que hay cosas que hacen ruido en mi cabeza, pero las ignoro.

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Si supiera que fue lo que pasó para que Jungkook se comportara de la manera en que se comportó conmigo, ayudaría bastante a todos mi rollos mentales, en los que no podía comprender ni una sola cosa. La única que si... que yo no podía sin él, aunque lo que él quisiese fuese esto, sexo casual, nada más que esto, y me lo demostrara una y otra vez, esto es sólo lo que buscaba.

No voy a negar que aún me pregunto que significaron los "Te amo" de Japón. Quería que se repitiesen, pero él fue claro en su mensaje aquel día... Sin involucrarnos... a pesar de haberme dicho anteriormente que quería hacerlo.

Quizás estaba ayudando a destruirme a mí mismo. Y lo admito, lo sé. Pero no podía salir. No podía dejarlo. No quería. Porque... qué hay después de él? De un hombre tan perfecto como toda su persona? Que te enamora de pies a cabeza y después te quita la estabilidad mental. Era adictivo. Y yo no podía apartarlo ni dejar de buscarlo.

Aún no había visto a Yoongi desde que volví de Tokio. Taehyung me ofreció quedarme un par de días en su casa hasta aclararme la mente, y me pareció lo mejor en estos momentos. Aunque tenía que hablar con Yoongi en algún momento.

Fui hasta el departamento de mi amigo, en un horario que sabía no iba a encontrarlo, para buscar algo de ropa, y volver al departamento de Taehyung.

Había quedado el día de ayer volver a ver a Jungkook. Mañana era la bendita pelea, y yo estaba aterrado. Realmente tenía miedo de lo que pudiese pasar, le tenía miedo a mi ex, no sabía que podía querer hacerle a Jungkook, porque sin dudas él además de hermoso, era el hombre más fuerte y mejor preparado que conocí, pero era deportista, se aferraba al reglamento a rajatabla, mientras que Kang simplemente era un animal sediento de sangre, que a costa de querer buscar venganza, el reglamento le importaba poco. Tenía miedo y desde hacía días no tenía paz. Y aunque no fuese mío realmente, no quería perderlo, porque tan sólo pensar en que debían pelear, se me hacía un nudo terrible en el estómago. Pero no podía hacer más que guardar silencio e intentar verlo rogando que mañana saliese todo bien.