ೃ Cap 36࿐

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- Qué mierda crees que haces? - Le reclamé con mi rostro a milímetros del suyo.
- Ya suéltame. Me estás lastimando.
- Qué crees que haces? Te hice una pregunta Jimin. - Casi levantándole la voz, intentando masticar mis palabras y controlar la ira desmedida que sentía dentro.
- Nada. Suéltame ya. - Quiso zafarse de mi agarre, pero lo apreté más fuerte, empujándolo contra la pared, y deteniéndolo de sus muñecas.
- Porqué mierda te acercas así a ella? Eh?
- Estás loco. - Apreté más sus muñecas ante su vaga respuesta.
- Así que estoy loco? O sea que es mentira lo que vi?
- Quédate tranquilo. Nadie te va a tocar a tu amorcito. Así que suéltame ahora mismo.
- Quién te dijo que podías acercarte a ella o siquiera tocarla?

Volví a empujarlo contra la pared. Me sonrió con ironía, lo que hizo que mi desquicio aumentara, porque encima de la rabia que estaba atravesando, en cierta forma, él parecía provocarme aún más.

- Tranquilo semental. Que no la toqué.
- Qué crees? Qué soy un maldito idiota? Me viste la cara acaso? Crees acaso que no sé? Crees que no sé lo que pasa entre ustedes? Me crees estúpido o qué?

Le levanté la voz hasta que instintivamente cerró sus ojos de golpe, para luego mirarme atónito, al analizar lo que acababa de decirle. Su cara reflejó sorpresa absoluta. Abrió los ojos sin saber como actuar. Y eso me provocó aún más ira, ya que ni siquiera se tomó el trabajo de negarme nada.

- Habla ya maldita sea! - Le grité apretando aún más sus muñecas.
- Suéltame ya. Te dije que nadie va a tocarla, es lo único que te importa no? Tranquilo entonces. Toda tuya macho.
- No. Obvio que no vas a tocarla.

Y desafiándome de repente me miró a los ojos, ya molesto ante la situación, sin importarle que todo se desmadrara, porque sí yo estaba propiciando el caos, él lo alimentaba aún más.

- Igual voy a hacer lo que se me de la gana, que te quede claro. Nadie me da órdenes. - Pronunciando cada palabra a milímetros de mi rostro, con total descaro y rebeldía.

Tomándolo aún más de los brazos como ya lo tenía, con brusquedad lo hice voltearse, haciendo que su pecho se golpeara contra la pared, dejando así su rostro apoyado contra ella y arrancándole un pequeño gemido de queja.

Con una mano llevé su brazo contra la pared para evitar que pudiese salir o irse, y me tiré sobre él con la idea de acortar todo tipo de distancia que pudiese existir entre los dos, apoyando mi entrepierna entre sus glúteos, mientras que dirigí mi otra mano hasta su cuello, con el único fin de ahorcarlo y someterlo.

Lentamente me acerqué a su oído, teniéndolo en ese estado total de sumisión, y con voz profunda mientras respiraba pesadamente sobre su oreja, le susurré, preso de la ira animal que estaba experimentando.

- Puedo saber porqué te dejaste tocar por ella? - Le lamí la oreja y un poco el cuello. - Necesito que te quede claro algo Jimin... - Le respiré encima. - No puedes tocarla. Ni a ella. Ni a nadie. A ninguna. Me escuchaste? - Mordí y marqué su cuello. Mientras é soltó un pequeño gemido al sentir la presión de mi mano en su cuello y el ardor que mi boca le acababa de provocar. Y sabía que empezó a derretirse en mis brazos. Refregué todo mi miembro obscenamente entre sus glúteos carnosos, asegurándome que me sintiera en plenitud, porque todo su cuerpo me pertenecía por completo y yo ya lo había reclamado desde el primer momento en el que lo hice mío. Bajé la mano que estaba en su cuello, pasando por su pecho, hasta llegar a su vientre donde con la punta de los dedos le rasqué un poco la piel, llenándolo de repentinas cosquillas y pequeños espasmos, para luego bajar y apretar sin delicadeza su miembro, metiendo mi mano por debajo de su ropa interior, sintiendo su erección descontrolada palpitando por mí.

Luv Is A Maze ೃ Kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora