- Hablemos si?
- De qué deberíamos hablar? De lo que acabas de hacer? Sí. Hablemos.
- No. De lo de anoche.
- Ah... eso... Justamente. Fue anoche Jeon. Sexo casual. Entiendes? No puedes reclamarme si alguien se me acerca.
- Jimin... Repitámoslo... po...
Dos doras después ya estaba en el Aeropuerto y Jimin no aparecía por ninguna parte.
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Pero ya me lo veía venir, porque era obvio... volvió a huir. Lo sé. Y a este punto, ya estaba entrando en un ataque de nervios terrible. No podía haberme ilusionarme de esta forma para luego desaparecer como si nada, o como si al final de cuentas, no tuviese sentimientos.
Me senté en la sala de pre-embarque, tomándome la cabeza con ambas manos sin poder digerir el altísimo nivel de frustración que me cargaba, porque realmente no tenía nombre. Me sentía tan pero tan mal, que no podía describirlo en palabras. Y es que quizás cuando te rechazan una vez, duele, dos también, quizás la tercera ya no tanto, pero cuando es de una persona que te enloquece a niveles que no puedes explicar, y directamente te quita el sueño, cada rechazo es un puñal en tu orgullo y en el medio de tu corazón, porque es una herida que no cierra sino cada vez se hace más grande.
Y es que estaba firmado, yo sabía que era mi última oportunidad con él, y estaba resultando realmente fatal.
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- No puedo ir Tae... te juro que no. - Ya basta. Cálmate. Ya casi llegamos. - Voy a vomitar. - Son los nervios. Ve y disfruta de ese bombón. Te está ofreciendo todo a tus pies y tú simplemente dudas? - Es que... no está bien. Está comprometido. - Yo no le vi anillo. - Debe habérselo sacado porque es un coqueto, como todos los infieles. - Ya. Deja de buscar excusas. Ya le dijiste que sí. Está esperándote.
Intentaba calmarme Taehyung, mientras íbamos camino al aeropuerto. Completamente nervioso, estresado, colapsado, sin entender como acepté viajar con él cuando lo que debía hacer era alejarme... no entendía como cada vez que me proponía escapar de él, terminaba más involucrado que la vez anterior.
- No puedo respirar. - Le dije tomándome el pecho. - Jimin. Ya cálmate. Ya estuvieron juntos un millón de veces, no es un desconocido. Además, por lo poco que vi, me basta para saber que ese hombre está loquito por tí. - No... está comprometido. - Ya basta con eso! Ve y disfruta de una vez. Eres joven. Vive la aventura. Hagan el amor en cada rincón y olvídense del mundo por esos tres días. - Taehyung... me muero. - Basta. No va a darte un ataque de pánico. - Cómo sabes? Tengo náuseas. - Que se te pasen porque ya llegamos. Y tu papasito te espera.
Me dijo estacionando, mientras comenzaba a bajar mi equipaje. Encendí la ventilación del auto, y metí la cabeza allí. Taheyung vino hasta mi puerta para abrirla.
- Ya reina del drama. No vas a morirte asfixiado. Vamos. - Siento que no respiro. - Pero respiras. Baja. Que se te hace tarde. - Porqué me traicionas de esa forma? - Te estoy dando un envión y luego vas a agradecérmelo.
