ೃ Cap 10࿐

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A la mañana siguiente, sentía que un camión había pasado por mi cuerpo. Me levanté del sillón, que no era nada cómodo por cierto y fui hasta él baño, me mojé la cara y mirándome al espejo noté como había quedado mi labio y cuan notorio había sido el golpe. Suspiré.

Cómo podía haber caído nuevamente en él? Cómo siquiera permití que me besara? Estaba enfermo o que me pasaba? Porque si sabía que estaba mal, me comportaba así a cambio de sentir un poco de amor?

No tenía dinero para cambiar otra vez la cerradura, así como no tenía sentido hacer ninguna clase de denuncia, porque en este mundo, ser homosexual, la mayor parte de las veces trae sus consecuencias, y las veces que quise hacerlo, las únicas respuestas que recibí fueron del tipo "Acaso no eres hombre? No te puedes defender?", o cosas absurdas de ese tipo. Y no, no podía defenderme, cuando quien me atacaba era un cinturón negro de Taekwondo, me duplicaba en contextura física y me triplicaba en fuerza. Era imposible cuando con una sola mano ya podía inmovilizarme y cuando sus golpes eran no sólo rápidos sino que certeros.

Me di una ducha rápida intentando acallar mis pensamientos, me cambié, tomé mi bolso tal cual lo había dejado ayer, sin ni siquiera saber de la hora y sin más me fui, ya que más o menos tenia unos 40 minutos a pie hasta el Dojang.

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Ya era el mediodía, y para mi sorpresa, Jimin aún no había venido, y no es que tuviese un horario de entrada o salida, es sólo que ni siquiera había leído el mensaje que le envié ayer... o quizás si lo había visto pero no tendría la confirmación de lectura activada y estaba super molesto conmigo. Todos los escenarios, eran una posibilidad. De cualquier forma, correspondía que intentara arreglarlo como pudiese. De todos modos estaba abierto a cualquier situación, ya que existía la posibilidad que estuviese molesto conmigo. Y si esto era así, iba a entenderlo y respetarlo, porque era lógico que así fuese.

Luego de mirar repetidas veces hacia la puerta, sin obtener rastros suyos, llegó la hora de una clase que debía der dada por mí, así que sin más me fui al salón ya que sabía que iba a estar un largo rato el día de hoy con el perfeccionamiento de los alumnos.

Y así fue, unas 5 horas después, por fin había terminado con las clases del día. Revisé mi celular, y seguía sin recibir un mensaje suyo, ni siquiera un rastro de que lo haya leído.

Fui hasta los vestuarios, ya que necesitaba cambiarme la chaqueta que se me había ensuciado en los entrenamientos. Pero al llegar a la puerta, lo vi. Dentro, con la camisa a medio colocar, con el hombro y parte del brazo descubiertos, observándose algo en el espejo que había allí.

Sin decir nada, sólo me quedé observándolo desde la puerta... observando precisamente aquel hematoma que tenía en el brazo, ese mismo que él se miraba y se tocaba con molestia, con una expresión de dolor.

Haciendo un poco de ruido intencional para que él supiese que estaba llegando, entré, mientras él rápidamente volvió a abrocharse la camisa casi sin mirarme, como si hubiese sido descubierto en alguna situación vergonzosa. Lo miré, fingiendo no saber que estaba allí dentro.

- Puedo pasar? - Le pregunté.
- Todo el lugar es tuyo, así que... perdón en realidad. Por tomarme el atrevimiento... sólo... me acomodaba la ropa. Ya me voy.

Nuevamente esa pequeña costumbre de mentir u ocultar las cosas... llamativo.

Queriendo pasar junto a mí y prácticamente huir, lo tomé de la muñeca para detenerlo. Notando una pequeña mueca de dolor en su rostro, soltándola inmediatamente para evitarlo.

Luv Is A Maze ೃ Kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora