- Hablemos si?
- De qué deberíamos hablar? De lo que acabas de hacer? Sí. Hablemos.
- No. De lo de anoche.
- Ah... eso... Justamente. Fue anoche Jeon. Sexo casual. Entiendes? No puedes reclamarme si alguien se me acerca.
- Jimin... Repitámoslo... po...
La alarma del despertador sonó. Y mi cuerpo estaba pasándome factura por todos los golpes que había recibido el día de ayer y por los que también di, sumado al entrenamiento diario tan exigido, todo era un combo que me pedía a gritos me quedase en la cama al menos un día.
Nina vino hasta mí apenas sintió el despertador sonar y como siempre desde que apareció en mi vida, se enroscó en mi cuello pidiendo mimos y cariños, mientras se autoacariciaba contra mi pecho. Asi que, sin poder negarme, me quedé un rato con ella mientras le daba besitos en su naricita, que era como un botoncito rosadito, frío y húmedo.
- Que bonita eres Gatita Calicó... Calicó es como si fuese tu segundo nombre, algo así como Nina Calicó. - Le conversaba, dándome cuenta luego de lo loco que sonaban todas mis charlas con ella. Pero que más daba? Estábamos solos nosotros dos.
Volví a recordar... Gatito Calicó, y el usuario de aquel que me volvía loco y que no me dejaba vivir en paz.
Tomé mi celular, e intentando que Nina dejara de absorber mi atención, tuve la pésima idea de buscar y ver si había subido algo nuevo.
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