Y finalmente pasó eso que tanto temía, eso que sabía que iba a suceder en algún momento pero a lo que me negaba en cierta forma. Si. El famoso y aterrador desalojo.
Al llegar a mi hogar, o bueno, lo que quedaba de el, vi todas mis cosas o parte de ellas, en la calle, y a una que otra de las personas que venían a hacer el trabajo sucio en nombre del banco, quienes aún no terminaban su trabajo y seguían sacando lo que quedaban de mis pertenecias como si fuese de dominio público y nada fuese mío. Que ciertamente, muchas cosas sanas ya no me quedaban, por el suceso pasado con mi ex, que se encargó de destruir todo lo poco que tenía. Y obviamente, el banco iba a llevarse lo que le sirviera para pagar la hipoteca.
Me paré frente a lo que alguna vez fue mi hogar, totalmente deshecho, con el corazón estrujado, viendo como ahora si lo había perdido todo.
Las lágrimas caían de mis ojos, estaba inmóvil observando la desoladora escena, mientras esas personas pasaban por al lado mío, llevándose absolutamente todo. Y ese fue el instante en el que algo se me vino a la cabeza, provocando que todo alrededor se enmudeciera y junto con ello, el terror invadiera todo mi ser, momento preciso en el que entré en pánico.
Nina.
Intenté entrar totalmente desesperado, preso del miedo, pero alguien de seguridad en la puerta me detuvo. Comencé a forcejear con él prácticamente gritándole ya sumido en una crisis total.
- Necesito entrar!
- No puedes. Esto es propiedad del banco ahora.
- No entiende, necesito buscar a mi gatita.
- No puedes entrar.
- Maldito hijo de puta, necesito entrar! - Le dije totalmente sacado de quicio, empujándolo, pudiéndome escapar de su agarre, logrando huir de él hasta escabullirme dentro. Entré a cada habitación corriendo, desesperado, pero ella no estaba en ninguna parte. La llamé aterrado pero no había rastros de mi hermosa bolita de pelos, de mi hijita, de mi mundo entero.Me tomé la cabeza desesperado, llorando, como si me hubiesen arrancado una parte de mí, que ciertamente así fue. Sentía que un hueco en mi pecho se profundizó, que de a poco todo se desgarró volviéndose más y más doloroso, un dolor que me asfixiaba al punto tal de lograr que me desvaneciera a causa del desasosiego que sentía en mi corazón.
El sujeto de seguridad, me tomó del brazo y de mala manera me sacó de lo que alguna vez fue mi casa, nuestra casa. Pero yo no tenía más fuerzas para luchar. Estaba totalmente en shock, estaba literalmente devastado.
Dios. Perdí a lo único que tenía en la vida, y ella su único hogar.
Todo lo que estaba sobre el césped no tenía importancia para mí, porque lo que realmente valía la pena, ya no estaba allí.
Tomé un poco de ropa, y fui hasta mi auto que estaba estacionado justo en frente, que con suerte, no se lo llevaron. Guardé lo que pude en los asientos traseros y en el baúl. Y desesperado, sacando energías de donde no tenía, me puse a recorrer todas las calles que me fueron posible, con la esperanza de verla en algún lugar. Pero al cabo de unas 5 horas más o menos, yo seguía caminando, agotado, sin rastros suyos.
Me senté en el borde de la primer acera que encontré, cayendo derrotado, escondiendo mi cabeza entre mis brazos, queriendo desaparecer.
No podía estar pasándome esto. No podía tener esta maldita suerte. Ya estaba todo perdido.
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Luv Is A Maze ೃ Kookmin au
Fanfictie- Hablemos si? - De qué deberíamos hablar? De lo que acabas de hacer? Sí. Hablemos. - No. De lo de anoche. - Ah... eso... Justamente. Fue anoche Jeon. Sexo casual. Entiendes? No puedes reclamarme si alguien se me acerca. - Jimin... Repitámoslo... po...