Luv Is A Maze ೃ Kookmin au

ೃ Cap 58࿐

Estaba tan nervioso, que no sabía como manejar la situación. Y es que la realidad es que lo pensé todo porque cuando vi que la mayoría de las acciones que mi abuelo tenía, pertenecían al imperio periodístico más grande de Corea, primero que no podía creer que mi abuelo tuviese tanto dinero y fuese prácticamente el amo y señor de todo eso, segundo, por fin entendí porque estaban todos expectantes por su herencia y porque el enojo hacia mí y tercero, porque Jimin trabajaba allí.

No tuve que pensarlo mucho para saber que esto es lo que quería hacer, me pareció el mejor gesto, yo no quería nada de todo eso, y en lugar de venderlas, preferí cederselas a él. Porque esté o no conmigo, yo a ese hombre lo amaba con el alma, y era el gesto más sincero que podría tener, porque al menos así, sabía que no iba a pasar más necesidades en su vida ni tener que andar pidiendo prestado un lugar para vivir. Y sé que podría simplemente haberlas cedido y ya, pero no puedo negar que busqué la proximidad con él intencionalmente yendo en persona, pero que me salio mejor de lo que pensé, sin dudas, porque no creí encontrármelo en la empresa, y menos que menos me esperaba que me aceptara la cita sin rogarle demasiado, así de rápido. Y eso era clara muestra, que aún sentía algún interés por mí.

Lo que hice con el tema de las acciones, realmente lo hice de corazón, sin especular, me aceptara o no, y es que las injusticias eran algo que me quitaban la paz, y este tema con Jimin era algo que lo sentía como un pendiente por cumplir y si bien en cierta forma le tiré una responsabilidad enorme encima, que me correspondía solo a mí, sé que él era capaz de poder sacarlo a flote, y en cierta forma, cuando lo haga, va a sentir el logro como propio. Y eso solo fue una pequeña parte de lo que tenía en mente, porque algo parecido iba a hacer con Namjoon y con mi Maestro, porque sin dudas esto vino a mi vida a raíz del inmenso amor que le tenía a mi abuelo y él a mí, y parte de eso, va a irse de mis manos para estar en manos de las personas más importantes para mí.

Tantos días pensando en él, para ahora estar esperándolo en el mismo lugar en el que solíamos salir a comer, tan así que realmente me parecía mentira, me costaba creer que era todo real, y más el cambio de actitud que noté en él. Si bien, era obvio que no podía sacarme los ojos de encima, porque aunque quería hacerlo, no era para nada disimulado ya que lo encontré varias veces desnudándome con la mirada, y no lo voy a negar, sentí como todo el cuerpo se me incendió en un segundo. Pero necesitaba llevar las cosas de otra forma, hacerlas distinto, ya que en otra ocasión, ni siquiera hubiésemos hablado y ya estaríamos enredados, dándonos como animales contra una pared o en el primer lugar que encontráramos disponible y no es que no quiera hacerlo, por dios que me moría por eso, pero de verdad quería llevar las cosas bien con él, quería que nos conociéramos mejor, que habláramos, que compartiéramos, algo parecido a lo que vivimos en Japón.

Las 21 hs llegaron, y él aún no aparecía, lo que me hacía sentir nuevamente esa incertidumbre en el pecho, la misma de antes, esa misma maldita sensación, que tan sólo pensar que nuevamente había huido de mí, y yo sin saber el porqué, me opromía el pecho.

Estaba sentado de piernas abiertas, apoyando mis codos sobre ellas, moviendo un pie de forma nerviosa. Aún de traje, sólo porque él me lo había pedido, aunque íbamos a vernos en un puesto de comida callejera de Tteokbokki, pero iba a hacer todo con tal de tener su atención en mí.

Los minutos pasaban, y él no llegaba.

Y sí, era obvio. Lo hizo otra vez... no hay dudas. Otra vez huyó de mí. Maldita sea.

- Se va a arrugar tu traje si sigues así de inquieto.

Me dijo la única voz que podía movilizar todo mi interior y hacerme perder la cordura una y otra vez. Esa voz suavecita, profunda, pero sutil, que te adormecía hasta no recordar ni tu nombre.