ೃ Cap 52࿐

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Lo tenía completamente entregado a mí, acostado en su cama, en su cuarto, con los brazos abiertos, y los ojos cerrados, sin poder contener tanto placer, y es que yo tampoco podía, pero tampoco podía detenerme, porque simplemente sentirlo dentro mío era una total locura, y toda su hombría era tan prominente, que hacía que todo se sintiese el doble de intenso, y realmente, todo su cuerpo era un regalo. Ya la noche había caído, y nosotros seguíamos presos del placer, y de nuestras pieles, al punto tal que ni siquiera habíamos recordado el detalle de encender la luz, pero la luz que nos entregaba la luna que brillaba a través de su ventana, era lo suficientemente confidente y oportuna, para todo lo pecaminoso que estábamos haciendo.

- Mi amor... que hermoso eres.
- Tú mucho más... - Le murmuré mientras besaba su cuello, sin dejar de moverme sobre él.
- Porque te sientes tan bien? Dios...

Me decía casi sin poder respirar entre gemidos.

- Te juro que por tí...

Comenzó a embestirme más fuerte, tomándome de la cadera para obtener mayor acceso y profundidad.

- Dios... quiero darte en cuatro...
- Shhhh... No. Debes cuidar tu rodilla.

Y comencé a besarlo y a morderle los labios, mientras él con los ojos cerrados, totalmente entregado, correspondía cada beso que le daba. Porque otra vez pasaba, él se entregaba a mí como si no existiese nada ni nadie más alrededor, y nuevamente volvía a ser solo mío, por completo, de nadie más.

- Me tocas? Por favor? - Le supliqué. Pero él negó con la cabeza.

Volví a besarlo con desespero y a pedírselo nuevamente.

- Por favor... sólo un poco.
- Shhhhh... me queda poquito bebé. Muévete un poco más.
- Jungkook!
- Te juro que te compenso. Pero muévete un poquito más mi amor. Por favor.

Y no podía si me llamaba así, yo estaba a sus pies, totalmente arrodillado ante lo que él me pidiese. Mi vida dependía que su placer fuera el máximo que experimentase en toda su existencia, y en eso me concentré. En hacérselo de la manera más tortuosa, contrayendo mi interior cada vez que lo cabalgaba, haciéndolo gemir de manera descontrolada, mientras sus labios ya estaban maltratados de tanto morderselos a él mismo. Y es que la sola imagen, de este hombre gozando de la forma en que lo hacía, era algo que te perturbaba la mente y te la corrompía de mil maneras.

Fueron tantos sus gemidos, que claramente fueron capaces de anticiparme lo que se venía, él acababa de llegar al clímax, pero de una forma que no recordaba que hubiese hecho. Y es que, algo pasaba por su cabeza, y aunque ni sabía que, algo lo motivaba extra, y eso lo hizo volar de la manera que voló. Porque actuó extraño de repente con su "Yo te compenso", tampoco quiso tocarme, fue raro. Pero a él eso lo encendió más.

Me bajé de él, y ya totalmente agotado, me dejé caer a su lado, aunque algo molesto porque yo aún no había finalizado. En cambio él estaba con una sonrisa de oreja a oreja, con los ojos cerrados, agitado, completamente complacido.

Debía molestarme? No. Realmente me satisfacía muchísimo que él gozase de ese modo, pero en cierta forma si. Le pedí que me tocara, y ese hombre hermoso, no lo hizo, se negó, cuando yo necesitaba con mi vida que sus manos lo hiciesen. Quizás era inseguridad de mi parte pero... porqué no quiso?

Inconscientemente miré hacia el techo con un puchero en los labios y el ceño un poco fruncido. Pero fue lo suficientemente notorio para él a pesar de que la luz estaba apagada.

- Qué es esa boquita? Porqué ese puchero? - Me dijo comenzando a besar mi cuello. Mientras me acariciaba desde la cintura.
- Por nada.
- Por nada?
- Si.
- Seguro?
- Seguro.
- Mmmmm...

Luv Is A Maze ೃ Kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora