La batalla estaba yendo estupendamente... hasta que le dieron una estocada.
Jason adoptó su forma de batalla, dejó los rayos crepitar a su alrededor y barrió el suelo en una patada lateral que demolió la tierra y destrozó a los pretendientes más cercanos.
¡¡¡KAMI NO ONO: HACHA DIVINA!!!
A continuación, su figura se transformó en un borrón que atravesó el campo de batalla como una bala. Cuando Antínoo se volvió para situarse de cara a él, Jason le atravesó el pecho con su puño.
Antínoo bajó la vista con incredulidad.
—Serás...
—Que disfrutes del Infierno.
Jason extrajo su mano de tirón, arrancándole el corazón al demonio.
Siguió luchando, arrancando extremidades, rompiendo huesos y aplastando cráneos.
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Junto a la fuente de arena, Piper había desenvainado su espada: la hoja de bronce dentada que había arrebatado a Zetes, el Boréada. Lanzaba estocadas y desviaba golpes con la mano derecha, y de vez en cuando disparaba tomates con la cornucopia que sostenía en la mano izquierda mientras gritaba a los pretendientes:
—¡Salvaos! ¡Soy demasiado peligrosa para vosotros!
Eso debía de ser exactamente lo que ellos querían oír, porque los adversarios no hacían más que huir para luego detenerse confundidos a escasos metros colina abajo y volver a entrar en combate.
El tirano griego Hipias se abalanzó sobre Piper con la daga en ristre, pero Piper le disparó a bocajarro al pecho una apetitosa carne asada. Hipias se cayó hacia atrás en la fuente y gritó mientras se desintegraba.
Una flecha se dirigía silbando a la cara de Jason. Él la desvió con una ráfaga de viento y a continuación atravesó una hilera de demonios armados con espadas y se fijó en una docena de pretendientes que se estaban reagrupando en la fuente para atacar a Piper. Alzó un brazo al cielo. Un rayo rebotó en su mano, convirtió a los fantasmas en iones y dejó un cráter humeante donde había estado la fuente de barro.
Durante los últimos meses, Jason había librado muchas batallas, pero había olvidado lo que era sentirse bien en combate. Por supuesto, todavía tenía miedo, pero se había quitado un gran peso de encima. Por primera vez desde que había despertado en Arizona con la memoria borrada, Jason se sentía completo. Sabía quién era. Había elegido a su familia, y no incluía a Beryl Grace ni a Zeus. Su familia estaba compuesta por todos los semidioses que luchaban a su lado, romanos y griegos, nuevos y viejos amigos. No iba a permitir que nadie separase a su familia.
Invocó los vientos y despeñó a tres demonios por la ladera de la colina como muñecos de trapo. Partió por la mitad a un cuarto con sus manos desnudas y acto seguido se abrió paso a puñetazos entre otro grupo de espíritus.
¡¡¡METEOR JAB: GRUPO DE METEORITOS CREPUSCULARES!!!
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GIGANTOMAQUIA: La Sangre del Olimpo
FanfictionLos viajes terminan, los imperios caen, las vidas se extinguen. El tiempo todo lo consume, incluso a los mismos dioses. La guerra contra los gigantes ha alcanzado un punto crítico, los semidioses griegos y romanos se ven incapaces de la reconciliaci...