—¿Lobos?—preguntó Reyna.
Estaban cenando la comida que habían comprado en el café con terraza de las inmediaciones.
A pesar de que Hades le había advertido que volviera corriendo, Nico no había apreciado muchos cambios en el campamento. Reyna acababa de despertarse. La Atenea Partenos seguía tumbada de lado sobre la parte superior del templo. El entrenador Hedge estaba entreteniendo a unas cuantas personas de la zona bailando claqué, haciendo artes marciales y cantando de vez en cuando por su megáfono, aunque nadie parecía entender lo que decía.
Nico deseó que el entrenador no hubiera llevado el megáfono. No sólo era ruidoso e irritante, sino que, por motivos que Nico no alcanzaba a entender, a veces soltaba frases de Darth Vader al azar o gritaba: "¡LA VACA HACE MU!".
Cuando los tres se sentaron en el césped para cenar, Reyna parecía despierta y descansada. Ella y el entrenador Hedge escucharon mientras Nico les relataba sus sueños y su encuentro con Hades en la Capilla de los Huesos. Nico omitió algunos detalles personales de la conversación con su padre, aunque intuía que Reyna sabía perfectamente lo que era luchar contra los sentimientos propios.
Cuando mencionó a Orión y los lobos que supuestamente iban a por ellos, Reyna frunció el entrecejo.
—La mayoría de los lobos son amistosos con los romanos—dijo—. No he oído ninguna historia en la que Orión cace con una manada.
Nico terminó su sándwich de jamón. Observó el plato de pastelillos y le sorprendió descubrir que todavía tenía apetito.
—Puede que fuera una figura retórica: "Muy poco tiempo antes de que lleguen los lobos". A lo mejor Hades no se refería a unos lobos en sentido literal. En cualquier caso, deberíamos marcharnos en cuanto oscurezca y haya sombras.
El entrenador Hedge metió un número de la revista Armas y munición en su mochila.
—El único problema es que la Atenea Partenos sigue a diez metros de altura. Va a ser divertido subiros al tejado de ese templo con todas vuestras cosas.
Nico probó un pastelillo. La señora del café las había llamado farturas. Parecían donuts en forma de espiral y estaban deliciosas: la combinación ideal de textura crujiente, sabor dulce y gusto mantecoso.
—Bueno...—la voz de Reyna lo arrancó de sus pensamientos—. ¿Esperará el Campamento Mestizo al 1 de agosto o atacará?
—Tenemos que confiar en que esperen—dijo Nico—. No podemos... No puedo llevar la estatua más rápido.
"Incluso a este paso, mi padre cree que podría morir". Nico se calló ese pensamiento.
Deseó que Hazel estuviera con él. Juntos habían sacado a toda la tripulación del Argo II de la Casa de Hades viajando por las sombras. Cuando compartían su poder, Nico sentía que cualquier cosa era posible. Habrían podido hacer el viaje al Campamento Mestizo en la mitad de tiempo.
Además, las palabras de Hades sobre la muerte de un miembro de la tripulación le habían provocado escalofríos. No podía perder a Hazel. Otra hermana, no. Otra vez, no.
El entrenador Hedge, que estaba contando las monedas de su gorra, levantó la cabeza.
—¿Estás seguro de que Clarisse dijo que Mellie está bien?
—Sí, entrenador. Clarisse está cuidando bien de ella.
—Qué alivio. No me gusta lo que Grover dijo de Gaia: que estaba susurrando a las ninfas y las dríades. Si los espíritus de la naturaleza se vuelven malos... no va a ser agradable.
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GIGANTOMAQUIA: La Sangre del Olimpo
FanfictionLos viajes terminan, los imperios caen, las vidas se extinguen. El tiempo todo lo consume, incluso a los mismos dioses. La guerra contra los gigantes ha alcanzado un punto crítico, los semidioses griegos y romanos se ven incapaces de la reconciliaci...